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La mitología aymara no conoce un dios creador, transcendente y<br />

ajeno al mundo, ni una creación o confección del mundo. La tierra misma<br />

es divina y eterna. Pachamama, <strong>la</strong> diosa principal de los Aymaras no<br />

confecciona flora, fauna y humanos: todos éstos “nacen” de el<strong>la</strong>. La divinidad<br />

es inmanente en el mundo, está dentro del mundo y se identifica<br />

plenamente con <strong>la</strong> tierra. La re<strong>la</strong>ción entre Pachamama y sus criaturas<br />

es <strong>la</strong> de una madre a sus hijos y de éstos hacia el<strong>la</strong>: cargada de afecto.<br />

La tierra es <strong>vida</strong> y el mundo es un mundo-animal.<br />

Hay muchos mitos aymaras y andinos que coinciden en el mismo<br />

esquema de significados mitológicos. Citamos los mitos de: Viracocha,<br />

Manco Capac, Thunupa, Pariacaca, los hermanos Ayar, etc. Fernando<br />

Montes Ruiz (1986) realizó un análisis muy penetrante de sus contenidos.<br />

Demuestra que <strong>la</strong> Pachamama es concebida como <strong>la</strong> madre que<br />

nutre, protege y sustenta a los seres humanos, los que son sus hijos. El<strong>la</strong><br />

es considerada como <strong>la</strong> madre del Héroe Civilizador, el símbolo de <strong>la</strong><br />

cultura humana y en particu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> agricultura. Además de Pachamama,<br />

se concibe, en una tradición tal vez secundaria, el mito del dios fertilizador<br />

o procreador, proyectado en el sol, el rayo, los Achachi<strong>la</strong>s de los<br />

cerros, el Inca, etc., que representa el buen genio y el ambiente del Fas<br />

, y que despierta <strong>la</strong> capacidad generadora de <strong>la</strong> Tierra. Es el arajpacha,<br />

el mundo de arriba. Pero estas divinidades son tan “inmanentes” como<br />

<strong>la</strong> Pachamama. El mismo carácter inmanente revisten <strong>la</strong>s divinidades<br />

del manqhapacha, como Supay, el T’io, etc., que representan el genio<br />

maligno y el ambiente del Nefas (<strong>la</strong> maldad y <strong>la</strong> sedición, <strong>la</strong> obstrucción<br />

y <strong>la</strong> destrucción). Las figuras del manqhapacha atentan contra <strong>la</strong><br />

obra (pro-)creadora de Pachamama, que resulta de su interacción fertilizadora<br />

con el representante del arajpacha y de <strong>la</strong> obra civilizadora<br />

de sus hijos, los héroes de <strong>la</strong> cultura que nacen de esta interacción. La<br />

prueba de <strong>la</strong> pervivencia de esta mitología andina se encuentra en los<br />

resultados del análisis de los mitos andinos modernos, como: Ekeko,<br />

Supaya, Inkarrí, y otros más. Montes demostró que de su análisis resulta<br />

el mismo esquema de significados mitológicos. En síntesis: el mito<br />

cosmogónico del Aymara explica cómo el mundo ES divino y cómo <strong>la</strong>s<br />

cosas y los seres NACIERON en este medio divino.<br />

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