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Al día siguiente amaneció <strong>la</strong> estancia con los cultivos todo destrozados.<br />
La granizada, el viento y <strong>la</strong> he<strong>la</strong>da finalente lo habían rematado.<br />
Desde entonces los tres Chicotillos viven en los31 q’ollos para<br />
p<strong>la</strong>near <strong>la</strong> venganza al castigador. Y fue así que empezaron a maltratar<br />
<strong>la</strong>s chacras de toda una estancia. Por eso desde esa época existen esas<br />
p<strong>la</strong>gas. Son malvados, flojos, alcoholizados, por haber comido carne<br />
extraido del muslo de su propia madre. Al respecto, mi taita siempre<br />
decía: “No hay que ser como esos hijos de un rico: ociosos, flojos y<br />
mentirosos. No hay que mirar el trabajo ajeno que no dura mucho. Lo<br />
nuestro dura y aguanta, porque Dios Tatitu nos bendice a cada cual por<br />
su trabajo. No hay que ser como esos tres hermanos que vienen a robar<br />
productos, que miran el trabajo de los agricultores. Que uno es granizada,<br />
otro viento y otro he<strong>la</strong>da. Ves cómo este re<strong>la</strong>to es una enseñanza<br />
para el campesino. Como un ejemplo de ociosos, <strong>la</strong>drones, mentirosos,<br />
envidiosos, que siempre están mirando lo ajeno, sin hacer nada. Esto es<br />
lo que dicen cuando cae una granizada en <strong>la</strong> comunidad.<br />
Entonces <strong>la</strong> granizada que se había llevado toda <strong>la</strong> chacra, juntó<br />
bastante comida, mucha comida. Tenía bastante quinoa, cañihua, papa<br />
y cebada para almacenar en su casa. Mariano, <strong>la</strong> granizada, que había<br />
juntado bastante comida, en el camino se encuentra con un pasallero32<br />
y le dice: “Tienes que traerme bastante pasal<strong>la</strong> para que te cambie con<br />
papas bien grandes”. Y así <strong>la</strong> granizada había llevado a su casa por los<br />
cerros al pasallero. Dice que dentro de <strong>la</strong> casa de <strong>la</strong> granizada el pasallero<br />
había visto bonitos cuartos y cada uno de ellos estaba lleno de<br />
papas, quinoa, cañihua, cebada: de todo, dicen, que había. Ya al caer <strong>la</strong><br />
tarde, <strong>la</strong> granizada se dirige al pasallero y le dice: “De una vez te voy<br />
a despachar, lo que quieras porque mañana en <strong>la</strong> madrugada tengo que<br />
viajar lejos. Si quieres dormir aquí en <strong>la</strong> puerta de <strong>la</strong> calle no más te vas<br />
a acomodar”. Dicen que el pasallero se había dormido en <strong>la</strong> puerta de<br />
calle, pero cuando despertó al día siguiente, so<strong>la</strong>mente se encontraba<br />
tirado en el rincon de unas rocas del cerro.<br />
Dentro de cierto tiempo, esos tres hermanos efectivamente llegaban<br />
a su casa con cualquier cantidad de productos de toda c<strong>la</strong>se carga-<br />
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