XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

MODERNIDAD/HISTORIA
Lema: Dios quiere que queramos “su justicia” (C), que bebamos de su misma
copa (B), que afecta a todo lo terrenal (A).
La tardanza de Felipe II en atacar a Inglaterra para
liberar a los ingleses del despotismo brutal.
Seny.-Carlos Dávila.
“Pascual Sala ha presidido el Tribunal de cuentas, el Surpremo y ahora el
Constitucional. Siempre designado a instancias del Partido Socialista. Él es
el principal responsable de que el infame Estatuto de Cataluña haya salido”.
Felipe II en un momento inmejorable no secunda una
petición del Papa para que termine con la tiranía en
Inglaterra. Cuando acababa de, con las tropas, recibir
la corona portuguesa, 1580.
“Es interesante especular sobre cuál hubiera sido
el curso de la Historia si Felipe hubiera enviado
súbitamente los tercios de Alba en su magnífica
escuadra desde Portugal a Inglaterra. Las ventajas de
su posición eran evidentes y el momento propicio. El
partido de Guisa, en Francia, estaba dispuesto a ayudar
a cualquier movimiento de socorro a favor de su
parienta María Estuardo. En Escocia, el partido
católico había ganado temporalmente la partida al caer
Morton, y estaban dispuestos a recibir a Felipe como su
libertador y a enviar al joven príncipe Jacobo a España
para ser educado y casado allí. Pero Felipe, después de
consultar sobre el asunto, decidió no intentarlo.
Pareció-le mejor completar la conquista de Flandes y
consolidad su posición en Portugal. Además, la isla
Tercera, importantísimo enlace comercial con las
Indias, estaba aún por conquistar. Se apartó pues el
monarca español de la visión magnífica del Papa
Gregorio para seguir sus propios intereses materiales.
Licenció sus tercios italianos, empleó los castellanos
y alemanes para la guarnición de las posiciones
estratégicas de Portugal y comenzó los preparativos
para ceñir la corona portuguesa”.
“Sucedió esto en la tarde del domingo, 16 de abril
de 1581, en Tomar, en presencia de las Cortes y de
todos los nobles y prelados del país. Precedido por los
maceros y los clamorosos reyes de armas y por el duque
de Braganza, que llevaba la espada de la justicia,
Felipe entró en la vasta iglesia vestido de carmesí y
de oro. Después de jurar que respetaría las leyes y
costumbres del país, recibió el juramento de los tres
Estados; y al colocar la corona de los antepasados de
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