XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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HISTORIA<br />
La finalidad integradora y humanizadora <strong>del</strong> incanato<br />
ante la provincia de Umasuyu.<br />
Obviedad.-La travesía humana sólo es feliz bajo la estrella divina.<br />
Seny.-La herejía disgregadora, protestante, homófoba.<br />
“Tremenda eficacia movilizadora <strong>del</strong> instinto tribal y demás, han elaborado<br />
distintos tinglados doctrinales y siempre aprovechando los complejos, la<br />
miopía y la ingenuidad de ese ente siniestro y torpón llamado Madrid”.<br />
(Vidal-Quadras: Época nº 1328).<br />
Los guerreros de esta provincia se habían refugiado en un<br />
cerro dispuestos a guerrear con toda su fiereza salvaje.<br />
“El Inca mandó alojar su ejército al pie <strong>del</strong> cerro para<br />
atajar el paso a los contrarios, que como gente bárbara, sin<br />
milicia, habían desamparado sus pueblos y recogiéndose en aquel<br />
cerro por lugar fuerte, sin mirar que quedaban atajados como en<br />
un corral. El Inca estuvo muchos días sin quererles dar batalla<br />
ni consentir que les hiciesen otro mal más de prohibirles los<br />
bastimentos que podían haber, por que forzados de el hambre se<br />
rindiesen y por otra parte les convidaba con la paz”.<br />
“En esta porfía estuvieron los unos y los otros más de un<br />
mes, hasta que los indios rebeldes, necesitados de el hambre,<br />
enviaron mensajeros al Inca, diciendo que ellos estaban prestos<br />
y aparejados de recibirlo como su Rey y adorarle por hijo <strong>del</strong><br />
Sol, si como tal hijo <strong>del</strong> Sol les daba su fe y palabra de<br />
conquistar y sujetar a su Imperio (luego que ellos se hubiesen<br />
rendido) la provincia Umusuyu, vecina a ellos, poblada de gente<br />
belicosa y tirana, que les hacían otras molestias, sobre lo cual<br />
habían tenido guerras como muertes y robos, las cuales, aunque<br />
se habían apaciguado muchas veces, se habían vuelto a encender<br />
otras tantas, y siempre por la tiranía y desafueros de los de<br />
Umusuyu; que le suplicaban, -pues habían de ser sus vasallos-,<br />
les quitasen aquellos malos enemigos y que con esta condición se<br />
le rendían y le recibían por Príncipe y señor”.<br />
“El Inca respondió por un capitán que él no había venido allí<br />
sino a quitar sinrazones y agravios y a enseñar todas aquellas<br />
naciones bárbaras a que viviesen en ley de hombres y no de<br />
bestias, y a mostrarles el conocimiento de su Dios el Sol, y<br />
pues el quitar agravios y poner en razón los indios era oficio<br />
<strong>del</strong> Inca, no tenían para qué ponerle por condición lo que el Rey<br />
estaba obligado a hacer de oficio; que les recibía el vasallaje,<br />
mas no la condición, porque no le habían ellos de dar leyes,<br />
sino recibirlas <strong>del</strong> hijo <strong>del</strong> Sol; que lo que tocaba a sus<br />
disensiones, pendencias y guerras, lo dejasen a la voluntad <strong>del</strong><br />
Inca, que él sabía lo que había de hacer”. Después vinieron<br />
todos y sus familias y rindieron de rodillas acatamiento al Inca<br />
y éste “mandó que les diesen de comer, que venían traspasados de<br />
hambre, y les proveyesen de bastimentos hasta que llegasen a sus<br />
pueblos, porque no padeciesen por los caminos, y mandoles que se<br />
fuesen luego a sus casas”. (Inca Garcilaso de la Vega:<br />
Comentarios reales, Libro III, c. X).<br />
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