XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

ESTUDIO
La carcasa vacía que perdura, vaciada, frente a las
torretas de modernidad que se derrumban sucesivamente.
“¡Cuánto le dolería a lord Cecil el darse cuenta
de que ese conservantismo no tiene más causa que el
descreimiento¡ si queréis que las instituciones se
conserven ilesas, haced que las creencias se
desvanezcan sin cesar. Mientras más se desarticulen las
fuerzan de la mente, más queda la máquina de la materia
entregada a su propio peso. Así, el saldo de todas
nuestras agitaciones políticas –Colectivismo.
Tolstoyanismo, Neo-feudalismo, Comunismo, Anarquía,
Burocratrismo científico-, el fruto de tanta alharaca,
¡cuál es? Que la Monarquía, que la Cámara de los Lores
seguirán en pie. El saldo de todas las nuevas
religiones es que la Iglesia constituida de Inglaterra
queda inconmovible, Dios sabe para cuánto tiempo. Y se
llaman Karl Marx, Nietzsche, Toltoi, Conninghame
Graham, Bernard Shaw y Auberon Herbert los que, con sus
gigantescos hombros, han soportado hasta nuestros días
el trono del Arzobispo de Contorberi”. (G. K.
Chésterton: Ortodoxia, c, 7). Espero que se entienda –
digo- que el que estas instituciones se mantenga en
pie, ante los enanos que le rodean, no quiere en
absoluto decir que no estén vacías. El que otros mueran
no quiere decir que yo sea sabio, ni que sea rico.
¡Ojo¡
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