XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

HAGIOGRAFÍA
En la mente franciscana se contempla la condición
de todos los medios terrenales y virtudes/ como capaces
de formar parte de la absoluta misericordia o afán de
bien que de Dios mana. El uso de los bienes de la
tierra es necesario, como modo, de/para manifestar
nuestro servicio a Dios mismo. Y por eso es por lo que
lo primero siempre ha de ser, en el alma, darse a Dios
del todo en el nuestro corazón. Del todo a Dios y a su
Reino, que a todo afecta: después el lugar sólo cambia
a modo de circunstancia. Pero no hay posibilidad de
barco en ruta sin capitán a bordo.
San Francisco de Asís en una escena donde se ven
las almas manejando los bienes temporales como
ministros de Dios. Todo se aúna, no al margen cual
laicista, y sin margen al capricho de quien rehuye
darse a Dios so pretexto de que todo vale. Lo que vale
es Dios, todo lo demás es sólo ocasión. Tesoros divinos
–por la gracia de Dis- se alcanzan con medios humanos.
“San Francisco siervo de Dios llegó al anochecer a
casa de un caballero muy rico y pidió hospitalidad, la
que le fue concedida a él y a sus compañeros como si
fuesen ángeles de Dios con grandísima cortesía y
devoción; por lo cual san Francisco le tomó mucho amor
considerando que al entrar en la casa le había abrazado
y besado cariñosamente, le había lavado los pies,
enjugado y besados humildemente, llevándole luego junto
al hogar para que se calentase y conducido después a
una mesa muy bien abastecida y mientras comía, servido
con gran diligencia por el mismo caballero. Y cuando
hubieron comido san Francisco y sus compañeros les dijo
su favorecedor:
“Aquí, padre mío, podéis disponer de todas mis
cosas y si alguno de vosotros necesita túnica o manto o
cualquier otra cosa podéis comprarla que lo pagaré;
sabed que estoy dispuesto a proveeros en todas vuestras
necesidades porque por la gracia de Dios poseo y abundo
en toda clase de bienes temporales y por amor de Dios
que me los ha dado quiero favorecer en cuanto pueda a
los pobrecillos suyos”.
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