XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

CATECISMO
El sentido divino del universo y de toda acción
terrenal que sea bendecida con la honestidad y la
verdad de su ser y su sentido.
La verdad y la realidad son equivalentes en la mente
divina, pero en nosotros solo son semejantes o
limitadas por nuestra debilidad natural.
La relación humana con el mundo consiste en conocerle.
“Conocer la naturaleza íntima de todas las
criaturas, su valor y su ordenación a la alabanza
divina”, (L G 36). (nº 337). “Nada existe que no deba
su existencia a Dios Creador”. (nº 338).
Padrenuestro
“En Cristo por medio de su voluntad humana, la
voluntad del Padre fue cumplida perfectamente y de una
vez por todas. Jesús dijo al entrar en el mundo: “He
aquí que Yo vengo, oh Dios, a hacer tu voluntad”, (Hb
10). Sólo Jesús puede decir “Yo hago siempre lo que Le
agrada a Él”, (Jn 8). En la agonía: “No se haga Mi
voluntad sino la Tuya”, (Lc 22). Y en Gl 1: “Se entregó
a Si mismo por nuestros pecados según la voluntad de
Dios”. Y en Hb 10: “Y en virtud de esta voluntad somos
santificados, merced a la oblación de una vez para
siempre del Cuerpo de Jesucristo”. (nº 2824). ¡El
problema horrible devine cuando se sustrae la voluntad
humana de identificarse con la misma personalidad de
Jesucristo, con el mismo afán redentor, con el mismo
modo de actuar inmolado¡. Cuando se enseña que
Jesucristo nos da la salvación se ha de enseñar: si
hacemos su voluntad, si nos portamos como Él, si
mantenemos el afán del Reino divino en el mundo, y
usamos toda nuestra vida e instituciones –civiles y
religiosas para ello. Si esto –especialmente el clero-
lo calla o le pone sordina: destruye el Cristianismo
desde dentro.
La bondad de las cosas consiste en el sentido de su
ser, en su relación con nosotros y nuestro fin.
275