XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

B.-Seminarios y Noviciados (C. Cabrera, c. 11).
Lema: Dios quiere que queramos “su justicia” (C), que bebamos de su misma
copa (B), que afecta a todo lo terrenal (A).
“Los seminarios pueden ser semilleros de santos o
gérmenes de santidad. Que pidan mucha luz para los
encargados de esos planteles de virtudes; es poco
redoblar ahí la vigilancia y la piedad, en esas almas
que van a ser mías. Que nadie suba al Altar sin las
condiciones muy afinadas para ello: que los que formen
esos corazones sean santos, sean aptos, sean espejos en
donde ellos se miren”.
“Que el Espíritu Santo reine en esos lugares como
primer factor, y la Inmaculada sea su amor y su vida”.
“Pero hay a veces descuidos punibles en ordenar a
los que por experiencia se veían con malas
inclinaciones y poca virtud. De ahí se originan males
sin cuento; y después vienen las penas y lamentaciones,
y los excesos y crímenes del altar que tanto Me
ofenden. Más vale pocos sacerdotes puros y no muchos
que no lo son”.
“Yo soy el primer Sacerdote, y cubro las faltas de
los míos, aunque con mi Corazón amargado y triturado.
Así han de ser los Obispos, deben cubrir con caridad
las faltas de sus hijos; pero a la vez, los han de
exhortar enérgicamente y los han de apartar de las
ocasiones peligrosas”.
“A veces los ordenados son buenos y hasta después se
vuelven malos. Pero siempre hay en el fondo de ciertas
almas tendencias no santas que ellos deben conocer”.
“Y ¿cómo? De muchos modos, pero más con la oración,
y la luz sobrenatural del Espíritu Santo. Y en caso de
duda, mejor nada que un futuro desastroso y terrible”.
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