XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

Pero aún así Juana le dio otra muestra más de que
realmente ella era enviada:
“Vos tenéis una preocupación secreta en vuestro
corazón de la que no habéis hablado a nadie. Es una
duda que socava vuestro ánimo y os aconseja abandonarlo
todo y huir lejos. Hace un momento habéis rogado a Dios
desde el interior del alma que os diera su gracia para
resolver esta duda aunque de ello resultara la
conclusión de que no tenéis el menor derecho a la
corona”.
“Vos sois el verdadero heredero del trono de
Francia. Dios lo ha dicho. Ahora levantad la cabeza, no
dudéis más, entregadme hombres de armas y permitidme
llevar a término mi cometido”.
294