XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

ACTUALIDAD
Lema: Dios quiere que queramos “su justicia” (C), que bebamos de su misma
copa (B), que afecta a todo lo terrenal (A).
Las medidas de Zapatero llevaron a la recesión.
Seny.- La venta de carteras morosas.
“Una manera de romper el círculo vicioso sería mediante la venta de
carteras morosas, pero el problema de valoración de los colaterales de las
mismas lleva a que si los bancos quieren venderlas tendrían que poner dinero
(que no tienen) para ello”. (Lorenzo Dávila). ¡La realidad es imponente¡ Y no
hay libertad de expresión ni de conciencia que la rompa¡ Haciendo el payaso
sí se puede.
El socialismo progresista de Zapatero no sólo miente
o se equivoca aposta y sin apostar sino que exige que
se le crea, y que se cumplan sus deseos llenos de la
libertad del viento. ¡No está nada mal y el que no lo
haga, es un carca, un franquista, un antipatriota, y
un, un retrógrado¡ Los títulos se reciben por obra y
gracia de los progresista en la necedad y el fracaso.
“La recesión, a pesar de las políticas de gasto
público, mientras Zapatero seguía abrazando la piedra
filosofal de la socialdemocracia: aumentar el gasto y
el tamaño del Estado. En casa lograba silenciar las
voces críticas con sus acusaciones de insolidaridad o
de estar del lado de los ricos. Pero llegó el punto en
que los inversores internacionales empezaron a tener
serias dudas sobre la sostenibilidad de esta carrera
manirrota. A medida que los inversores retiraban su
confianza a la Bolsa y a la deuda pública española, el
Gobierno empezó a ver el abismo al que conducían sus
políticas. Pero aun en esta situación Zapatero prefirió
presentarnos a los inversores que le retiraban la
confianza como malvados especuladores que odiaban
nuestro país. Una vez más Zapatero negó que la solución
pudiera ser dar marcha atrás y prefirió criminalizar a
los inversores por ejercer desvergonzadamente su
libertad de invertir donde les place”.
“Mientras las familias y las empresas se pusieron
manos a la obra a corregir los excesos de los locos
años de cambio de siglo apretándose el cinturón,
Zapatero encontraba siempre la excusa política para
aplazar las reformas y promover una nueva ola de gasto
con el dinero público”.
“El trilerismo político de Zapatero llegó a su fin
el día en que nuestros acreedores se plantaron y
dejaron de financiar alegremente la política de gasto
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