XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

MODERNIDAD/HISTORIA
Lema: Dios quiere que queramos “su justicia” (C), que bebamos de su misma
copa (B), que afecta a todo lo terrenal (A).
El último juicio de Moro.
Seny.-“Zola se jugó el tipo acusando a toda la élite política, judicial y
militar francesa de palmaria injusticia al haber condenado al capitán Alfred
Dreyffus por espionaje, un cargo del que era inocente”.
“Si os llevaran por una ancha calle de una gran
ciudad y durante todo el camino, a un lado se
encontrara una turba de mendigos harapientos y de
locos, que os despreciaran con los peores insultos y
las palabras más villanas.... y al otro lado una
muchedumbre de gente sabio y valiosa, en buen orden y
compañía, os alabara más de quince veces que ese turba
de mendigos... ¿dejarías el camino pensando que ibais
hacia vuestra deshonra...?” (Dialogue of confort
against Tribulation).
“El 1 de julio de 1535, físicamente postrado, tendrá
que arrostrar aquel terrible paseo, cubierto de
insultos y de maldiciones, para llegar a Westminster
Hall, ante el tribunal que Enrique VIII había designado
con órdenes terminantes de procurar su condena de
muerte”.
“Le esperaban diecinueve hombres, que aceptaron lo
mismo que había sucedido con Fisher, otro perjurio de
Richard Rich para declararlo culpable y rechazar su
testimonio”.
“Si yo –dice Moro- fuera un hombre, señores, que no
diera importancia a un juramento, no necesitaría, como
es bien sabido, estar aquí como acusado, en este lugar,
en este tiempo y en esta casa. Y si vuestro juramento,
master Rich, fuera verdad, pido no contemplar jamás el
rostro de Dios, cosa que no diría aunque pudiera ganar
el mundo entero”.
“Entre la palabra de Tomás Moro, el juez más íntegro
de Inglaterra, y la de Rich, sostenida con falsedades,
se prefiere el juramento de este último”.
“En verdad, master Rich, -insiste- lo siento más por
vuestro perjurio que por mi propio daño”.
“El jurado seguía manteniendo el veredicto de
culpabilidad y ya se apresuraba el canciller Audley a
pronunciar la sentencia de traición cuando Tomás Moro
le interrumpe: “Milord, cuando yo ejercía en la ley, en
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