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02. Bóvedas de Acero

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

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—Me figuro que los buscadores percibieron algún elemento <strong>de</strong> fuerza. ¿Traes tu<br />

<strong>de</strong>sintegrador, Elijah?<br />

Baley viró sobre sí mismo, rojo <strong>de</strong> cólera. Por dos ve=ces seguidas trató <strong>de</strong> hablar, hasta<br />

que, al fin, pudo vociferar:<br />

—Un funcionario <strong>de</strong> la policía trae siempre consigo su <strong>de</strong>sintegrador.<br />

Era la primera vez que había hablado en un Personal, por <strong>de</strong>cirlo así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la edad <strong>de</strong> diez<br />

años. Aquello sucedió en presencia <strong>de</strong> su tío Boris, y se limitó a ser una queja automática cuando<br />

se golpeó el pulgar <strong>de</strong>l pie. El tío Boris bien que lo había castigado cuando llegaron a casa,<br />

amonestándolo sobre las conveniencias <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cencia pública. R. Daneel se limitó a <strong>de</strong>cir:<br />

—Ningún visitante pue<strong>de</strong> andar armado. Es nuestra costumbre, Elijah. Hasta tu propio<br />

comisionado <strong>de</strong>ja su <strong>de</strong>sintegrador siempre que viene <strong>de</strong> visita.<br />

En otras circunstancias, Baley hubiera dado media vuelta para regresar, para alejarse <strong>de</strong><br />

Espaciópolis y <strong>de</strong>l robot. Ahora, sin embargo, se hallaba casi como loco <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos por seguir<br />

a<strong>de</strong>lante su proyecto primitivo y, <strong>de</strong> este modo, obtener su venganza hasta el límite.<br />

Pensó que este era el examen médico sin asperezas que había remplazado al más <strong>de</strong>tallado<br />

<strong>de</strong> los días lejanos. Pudo entonces enten<strong>de</strong>r, podía enten<strong>de</strong>r con creces la indignación y las furias<br />

que se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>naron y condujeron a los Tumultos <strong>de</strong> la Barrera en su juventud.<br />

No sin ira, Baley se <strong>de</strong>sabrochó el cinturón <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sintegrador. R. Daneel lo tomó <strong>de</strong> sus<br />

manos y lo colocó en un hueco <strong>de</strong> la pared. Una plaquita <strong>de</strong> metal muy <strong>de</strong>lgada se levantó para<br />

ocultarlo.<br />

—Si oprimes tu pulgar en esa <strong>de</strong>presión —le informó R. Daneel—, sólo tu pulgar podrá<br />

volverla a abrir más tar<strong>de</strong>.<br />

Baley sintió como si le <strong>de</strong>snudaran, como en la ducha. Dirigióse al punto en que las varillas<br />

lo habían <strong>de</strong>tenido antes y, por último, salió <strong>de</strong>l Personal.<br />

De nuevo se encontraba en un corredor; mas aquí se advertía un elemento extraño y<br />

nuevo. Muy hacia a<strong>de</strong>lante, la luz<br />

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poseía una calidad que no le era familiar. Sintió una vaharada contra el rostro y,<br />

automáticamente, se imaginó que había pasado junto a él un coche—patrulla.<br />

R. Daneel <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> leer su intranquilidad en el semblante, porque le explicó:<br />

—Ahora ya estás al aire libre, Elijah; y no está acondicionado.<br />

Baley se sintió ligeramente enfermo. ¿Cómo podían los espacianos ser tan cuidadosos, <strong>de</strong><br />

manera tan rígida, por lo que toca a un cuerpo humano, sólo porque provenía <strong>de</strong> la ciudad, y, al<br />

mismo tiempo, respirar el aire sucio <strong>de</strong> los campos al <strong>de</strong>scubierto? Instintivamente apretó las<br />

ventanillas <strong>de</strong> su nariz, como si <strong>de</strong> este modo pudiera librarlas <strong>de</strong> modo más efectivo <strong>de</strong>l aire que le<br />

penetraba. R. Daneel dijo:<br />

—Me parece que te vas a encontrar con que el aire libre no es nocivo para la salud<br />

humana.<br />

—Así lo espero —repuso Baley con voz débil.<br />

Las corrientes <strong>de</strong> la atmósfera contra el rostro le molestaban. Seguro que las<br />

experimentaba muy suaves, pero errátiles. Y eso le incomodaba en <strong>de</strong>masía.<br />

Y llegó lo peor. El corredor se abría hasta la inmensidad azul, y, al aproximarse a su<br />

extremo, una fortísima claridad Manca lo inundaba todo. Baley había visto la luz <strong>de</strong>l sol. Estuvo una<br />

vez en un solario natural, pero allá un cristal protector circunscribía el espacio, y la propia imagen<br />

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