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02. Bóvedas de Acero

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

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—Nuestro Gobierno informará <strong>de</strong> ello directamente al pueblo <strong>de</strong> uí; le expondrá la situación<br />

tal como se presenta. ¡Dudo echo <strong>de</strong> que se tolere tal violación interestelar!<br />

Fastolfe meneó la cabeza con impaciencia.<br />

—Por favor, señor Baley, sea razonable. Supongamos ahora te R. Daneel es efectivamente<br />

R. Daneel. Suponga usted que en realidad un robot. ¿No se seguiría <strong>de</strong> ahí que el cadáver que vio<br />

el comisionado En<strong>de</strong>rby era en efecto el <strong>de</strong>l doctor Sarton? No sería lógico consi<strong>de</strong>rar que el<br />

cadáver era todavía no robot. El comisionado En<strong>de</strong>rby conoció a R. Daneel en vías <strong>de</strong> ser<br />

construido, y pue<strong>de</strong> atestiguar el hecho que no existía más que uno.<br />

—El comisionado no es perito en robótica —insistió Baley—. Uste<strong>de</strong>s pudieron poseer una<br />

docena <strong>de</strong> esos robots.<br />

—Ciñámonos al tema, señor Baley. ¿No vendría a tierra toda la estructura <strong>de</strong> sus<br />

razonamientos si R. Daneel resulta activamente R. Daneel? ¿Seguiría en la creencia <strong>de</strong> este complot<br />

interestelar <strong>de</strong>scabellado que ha estado construyendo?<br />

—¡No es un robot! Yo digo que es un ser humano.<br />

—Con todo, señor Baley, usted no ha investigado el problema —rebatió Fastolfe—. Para<br />

diferenciar a un robot <strong>de</strong> un ser cano no hace falta llegar a <strong>de</strong>ducciones complicadas e inestables<br />

por cosas que dice o hace. Par ejemplo, ¿intentó clavar un alfiler a R. Daneel?<br />

—¿Qué? —exclamó Baley boquiabierto.<br />

—Es una prueba muy sencilla. Su piel y su cabello parecen reales; pero, ¿trató usted <strong>de</strong><br />

examinarlos con una lente <strong>de</strong> aumento a<strong>de</strong>cuada? A<strong>de</strong>más, ¿ha observado usted que su respiración<br />

es irregular y que pue<strong>de</strong>n pasar minutos durante los cuales no respira para nada? Usted pudo hasta<br />

recoger un poco <strong>de</strong> aire expelido para medir el contenido <strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong> carbono. Quizás hasta<br />

intentar extraerle una muestra <strong>de</strong> su sangre. Comprobar el pulso en la muñeca, o palpitaciones <strong>de</strong>l<br />

corazón...<br />

—Sin duda pu<strong>de</strong> haber recurrido a cualquiera <strong>de</strong> esos experimentos; sin embargo, ¿cree<br />

que este pretendido robot habría permitido que me acercara con una aguja hipodérmica, un<br />

estetoscopio o un microscopio?<br />

—Comprendo —convino Fastolfe. Se volvió hacia R. Daneel y le hizo una seña.<br />

R. Daneel se tocó el puño <strong>de</strong> la manga <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> su camisa. La costura diamagnética se<br />

entreabrió a todo lo largo <strong>de</strong> su brazo, <strong>de</strong>jando expuesto un miembro liso, musculoso y, al parecer,<br />

enteramente humano. Su vello corto y bronceado, era exactamente lo que uno hubiese esperado<br />

<strong>de</strong> un ser humano.<br />

—¿Y bien? —exclamó Baley.<br />

R. Daneel se apretó la yema <strong>de</strong>l <strong>de</strong>do corazón <strong>de</strong>recho con el pulgar y el índice <strong>de</strong> la mano<br />

izquierda. Baley no tuvo fuerzas para observar con exactitud y <strong>de</strong>talle las manipulaciones que<br />

siguieron.<br />

Al igual que la tela <strong>de</strong> la manga se abrió cuando el campo diamagnético <strong>de</strong> la costura<br />

quedó interrumpido, <strong>de</strong>l mismo modo el brazo se separó en dos.<br />

Allí apareció, bajo una <strong>de</strong>lgadísima capa <strong>de</strong> material carnoso, el gris azulado <strong>de</strong> las varillas<br />

<strong>de</strong> acero inmaculado, <strong>de</strong> los alambres y <strong>de</strong> las articulaciones.<br />

—¿Le interesaría examinar con mayor minuciosidad la manufactura <strong>de</strong> Daneel, señor Baley?<br />

—preguntó el doctor Fastolfe con suma cortesía.<br />

Baley ni siquiera pudo escuchar esas palabras, <strong>de</strong>bido al zumbar <strong>de</strong> los oídos y por el<br />

sobresalto que le causó la histérica risotada en tono agudo que lanzó el comisionado.<br />

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