24.06.2015 Views

02. Bóvedas de Acero

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Baley se le quedó contemplando con tristeza, reprochándole:<br />

—¿Y nunca me lo confiaste?<br />

—Lo siento mucho, Lije —dijo con voz temblorosa.<br />

—Necesito saber algo acerca <strong>de</strong> las asambleas. ¿En dón<strong>de</strong> se celebran?<br />

—Precisamente aquí, en las autovías. Por eso no quería que me trajeran. Te aseguro que<br />

resulta un sitio <strong>de</strong> reunión i<strong>de</strong>al. Nos juntábamos...<br />

—¿Cuántos?<br />

—No estoy segura. Como sesenta o setenta: No se trata más que <strong>de</strong> una sucursal local.<br />

Nos sentábamos en sillas plegables y alguien nos dirigía la palabra, por lo común respecto a lo<br />

maravillosa que era la vida en épocas anteriores, y a cómo algún día nos libraríamos <strong>de</strong> los<br />

monstruos, los robots, y también <strong>de</strong> los espacianos. Los discursos nos producían un efecto <strong>de</strong><br />

monotonía. Siempre eran los mismos. Nos limitábamos a soportarlos. En realidad, lo que<br />

disfrutábamos era el regocijo <strong>de</strong> reunirnos y <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarnos importantes. Nos comprometíamos<br />

con fuertes juramentos e imaginábamos signos secretos para saludarnos y reconocernos frente a<br />

extraños.<br />

—¿Nunca os interrumpieron? ¿No pasaban patrulleros?<br />

—No, nunca.<br />

—¿No resulta eso inusitado, Elijah? —interrumpió R. Daneel.<br />

—Tal vez no —replicó Baley meditabundo—. Existen pasadizos laterales que nunca se usan,<br />

aunque es difícil distinguir unos <strong>de</strong> otros. ¿Eso era todo cuanto se hacía en las asambleas,<br />

discursitos y jugueteos <strong>de</strong> pseudoconspiradores?<br />

—Sí, poco más o menos.<br />

—Así pues —interpuso Baley casi con brutalidad—, ¿qué diablos te preocupa ahora? ¿Por<br />

qué te ha invadido tal pánico?<br />

—Pensé que te dañarían a ti, Lije. Ya te lo he explicado.<br />

—No, no me lo has explicado. Todavía no. Me has embaucado con un inocentón grupito al<br />

que pertenecías. ¿No llevaron nunca a cabo <strong>de</strong>mostraciones hostiles en público? ¿No <strong>de</strong>struyeron<br />

robots? ¿No iniciaron motines? ¿No provocaron tumultos? ¿No mataron a nadie?<br />

—¡Nunca! Lije, sabes que yo no haría esas cosas. Ni hubiera continuado siendo un<br />

miembro <strong>de</strong> la asociación si las intentaban.<br />

—Bueno, entonces, ¿por qué temes que se te envíe a la cárcel?<br />

—Pues..., pues solían hablar acerca <strong>de</strong> que algún día iban a ejercer presión <strong>de</strong>finitiva sobre<br />

el Gobierno. Nos imaginábamos que proseguiríamos organizándonos y, luego, organizaríamos paros<br />

y gran<strong>de</strong>s huelgas. Pensábamos que obligaríamos al Gobierno a <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> todos los robots y<br />

forzaríamos a los espacianos a que regresaran al sitio <strong>de</strong> don<strong>de</strong> vinieran. Yo suponía que todo se<br />

reducía a simples baladronadas, hasta que llegó esta dificultad, me refiero a lo tuyo y <strong>de</strong> Daneel.<br />

Después nos dijeron: «Ahora veremos acciones <strong>de</strong>cisivas», y «Vamos a hacer un escarmiento y a<br />

poner un límite a la invasión <strong>de</strong> robots». Cuando se comentó allá en el Personal, me di cuenta que<br />

se trataba <strong>de</strong> ti. Pero las <strong>de</strong>más no lo sabían. Inmediatamente... —La voz se le quebró.<br />

—Vamos, Jessie —la calmó Baley—. No ha sido nada. Baladronadas y comadreos. Como<br />

pue<strong>de</strong>s ver, nada ha sucedido.<br />

—Me encontraba atemorizada. Pensé que yo formaba parte <strong>de</strong> ello. Podían ocurrir<br />

disturbios y matanzas. Tú estabas en peligro, y Bentley también. Y en cierto modo todo sería por<br />

mi culpa, porque me hallaba metida en eso, y merecía que se me enviara a la cárcel.<br />

88

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!