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02. Bóvedas de Acero

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

La acción se desarrolla en la Tierra, durante el siglo LI, donde las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero (de las que la novela toma su nombre) y sin contacto directo con el mundo exterior.

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—¿Cuál fue? —preguntó Baley.<br />

—En el puño <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l robot, apretado a medias —explicó el doctor Gerrigel—, había un<br />

ovoi<strong>de</strong> brillante, con una ventanilla <strong>de</strong> mica en un extremo. El puño se encontraba en contacto con<br />

el cráneo, como si la última acción <strong>de</strong>l robot hubiese sido tocarse la cabeza. El objeto que sostenía<br />

era un atomizador alfa. Supongo que saben lo que es, ¿verdad?<br />

Baley movió la cabeza afirmando. No necesitaba ni diccionario ni manual para que le<br />

informaran lo que era un atomizador alfa. Durante sus cursos <strong>de</strong> física había manejado varios en su<br />

laboratorio: un casquillo <strong>de</strong> aleación <strong>de</strong> plomo, con un hueco interior a lo largo en cuyo fondo había<br />

un fragmento <strong>de</strong> sal <strong>de</strong> plutonio. Esa alma la recubría una tirita <strong>de</strong> mica, que resultaba<br />

transparente a las partículas alfa. Por lo tanto, en esa dirección se diseminaban fuertes radiaciones.<br />

Un atomizador alfa se empleaba <strong>de</strong> muchas maneras; pero matar robots no constituía una<br />

<strong>de</strong> ellas; no legal, por lo menos.<br />

Baley.<br />

—¿Lo mantenía con el extremo <strong>de</strong> la mica apoyado en la cabeza, me supongo? —interrogó<br />

—Sí —replicó el doctor Gerrigel—, y los surcos <strong>de</strong> su cerebro positrónico se <strong>de</strong>scentraron.<br />

Muerte instantánea, para usar el tópico.<br />

Baley se volvió al palidísimo comisionado.<br />

—¿Ningún error posible? ¿Un atomizador alfa, en realidad?<br />

El comisionado confirmó con la cabeza, alargando sus labios carnosos y fruncidos.<br />

—¡Seguro que sí! Los <strong>de</strong>tectores lo podían precisar a diez pasos <strong>de</strong> distancia. Las películas<br />

fotográficas <strong>de</strong>l almacén se habían velado. ¡No cabe la menor duda!<br />

Pareció reflexionar acerca <strong>de</strong> esto por un segundo o dos, y <strong>de</strong>spués exclamó con<br />

sequedad:<br />

—Doctor Gerrigel, será necesario que permanezca usted en la ciudad durante uno o dos<br />

días, hasta que podamos imprimir su testimonio en una fonopelícula. Haré que le acompañen a una<br />

habitación. Supongo que no le molestará quedar bajo el cuidado <strong>de</strong> un guardia, ¿eh?<br />

—¿Lo consi<strong>de</strong>ra usted necesario? —preguntó algo nervioso el doctor Gerrigel.<br />

—Me parece lo más a<strong>de</strong>cuado.<br />

El doctor Gerrigel, con apariencia <strong>de</strong> muy preocupado, les estrechó la mano a todos los<br />

presentes, hasta al mismo R. Daneel, y salió.<br />

El comisionado ahogó una especie <strong>de</strong> suspiro.<br />

—Sólo pue<strong>de</strong> ser uno <strong>de</strong> nosotros, Lije. ¡Y eso es lo más preocupante! A ningún extraño se<br />

le ocurriría venir al <strong>de</strong>partamento para liquidar a un robot. Y tiene que ser alguien que pudiera<br />

apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> un atomizador alfa. Son muy difíciles <strong>de</strong> conseguir.<br />

Entonces habló R. Daneel con su voz fría, cortante y mesurada, contrastando con las<br />

palabras agitadas <strong>de</strong>l comisionado. Dijo:<br />

—Pero, ¿cuál es el motivo para este asesinato?<br />

El comisionado le dirigió a R. Daneel una mirada <strong>de</strong> disgusto clarísimo, y luego la apartó.<br />

—También nosotros somos humanos. Lo mismo que otros, los polizontes pue<strong>de</strong>n también<br />

no simpatizar con los robots. R. Sammy no existe ya, y acaso esto signifique un alivio para alguien.<br />

Solía causarte a ti un gran malestar, Lije, ¿te acuerdas?<br />

—Eso no llega apenas a motivo suficiente para un asesinato —comentó R. Daneel.<br />

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