11.07.2015 Views

pfhlamc

pfhlamc

pfhlamc

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—La verdad es que yo creo que le agradas bastante, en el fondo. Pero se veobligado a estimarme a mí, por principio... ¡Es tan ridículo que las personas legusten del todo o nada! Por eso, lo que no le agrada en mí te lo carga a ti.—Encantada —replicó Anna—. Pero ¿sabes una cosa? Mientras estabas fuerahe descubierto que para mucha gente tú y yo somos casi intercambiables.—¿Ahora te das cuenta de eso? —inquirió Molly triunfalmente, como siempreque Anna descubría lo que para ella eran hechos evidentes.Desde muy al principio, en la relación entre las dos mujeres se había llegadoa un equilibrio: Molly poseía mucho más conocimiento del mundo que Anna, quien,por su parte, estaba dotada de un talento superior.Anna tenía sus ideas propias. En aquella ocasión sonreía, reconociendo quehabía sido muy lenta.—¡Y somos tan distintas en todo! —exclamó Molly-—. Es curioso; supongoque es porque las dos llevamos el mismo tipo de vida..., sin estar casadas y todoeso. Es lo único que ven.—Mujeres libres —dijo Anna con una mueca. Y añadió, con una furiadesconocida para Molly, lo que le valió de nuevo una mirada escudriñadora de suamiga—: Todavía nos definen según nuestras relaciones con los hombres, inclusolos mejores.—Bueno, es lo que hacemos nosotras mismas, ¿no? —comentó Molly,mordaz—. En fin, es muy difícil evitarlo —añadió, rápidamente, a causa de iasorpresa con que Anna la miraba.Se produjo una breve pausa en la que las dos mujeres no se miraron, sinoque reflexionaron que un año sin verse era mucho tiempo, incluso para viejasamistades.Molly, suspirando, dijo:—¡Libres! ¿Sabes? Durante este tiempo que he estado fuera he pensado ennosotras dos, y he decidido que pertenecemos a un tipo de mujer completamentenuevo. Por fuerza, ¿no lo crees?—No hay nada nuevo bajo el sol —repuso Anna, tratando de adoptar unacento alemán.Molly, irritada (hablaba bien una docena de lenguas), repitió:—No hay nada nuevo bajo el sol.Sus palabras imitaron a la perfección la voz de una vieja astuta con acentoalemán. Anna hizo una mueca, admitiendo su fracaso. No tenía facilidad para losidiomas, y era demasiado vergonzosa para imitar a otra persona: por un instanteMolly había llegado a parecerse a Madre Azúcar, es decir, a la señora Marks, aquien las dos amigas habían acudido para psicoanalizarse. Las reservas con queambas habían acogido el solemne y doloroso ritual, las expresaban con aquel motecasero de «Madre Azúcar» que, con el tiempo, se convirtió en mucho más que elmote de una persona: llegó a designar todo un modo de ver la vida (tradicional,16

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!