11.07.2015 Views

pfhlamc

pfhlamc

pfhlamc

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Es muy curioso. Parece esperar que yo casi controle a Marion. ¿Por quéyo? ¿O tú? En fin, bien pensado, tal vez será mejor que te marches. Va a ser difícil,si ha ido ocurriendo toda una serie de complicaciones a mis espaldas.Anna dijo con firmeza:—No, Molly. Yo no le pedí a Richard que viniera a verme. Ni se lo pedítampoco a Marion. Al fin y al cabo, no es culpa tuya ni mía si la gente tiene laimpresión de que hacemos el mismo papel. Yo les he dicho lo que hubieras dichotú... En fin, así me lo parece.Había un tono de súplica festiva, casi infantil en estas palabras. Pero eradeliberado. Molly, la hermana mayor, sonrió y dijo:—Bueno, está bien.Seguía observando a Anna con atención, mientras que ésta procuraba fingirque no se daba cuenta. En aquel momento, Anna no quería decirle a Molly lo quehabía ocurrido entre ella y Richard; no quería decírselo hasta que no le pudieracontar toda la historia de aquel desgraciado año pasado.—¿Bebe mucho Marion ahora?—Sí, me parece que sí.—¿Y te lo ha contado todo?—Sí. Con detalles. Y lo más curioso es que te juro que hablaba como si yofuera tú. ¡Hasta se equivocaba, me llamaba Molly y otras cosas así!—En fin, no sé —dijo Molly—, ¿Quién lo hubiera creído? Tú y yo nosparecemos como un huevo a una castaña.—Tal vez no somos tan distintas —atajó Anna, pero Molly se rió conescepticismo.Era una mujer más bien alta, de huesos grandes, aunque tenía un aspectofrágil, casi muchachil. Ello era debido a cómo llevaba el pelo, un pelo del color deloro bruto, a mechas y cortado como un chico, así como a su modo de vestir. Paraesto último tenía una enorme gracia instintiva; disfrutaba con los diversos estilosque le iban bien. Por ejemplo, tan pronto parecía una adolescente, con pantalonesestrechos y suéter, como una sirena, con sus ojazos verdes maquillados, lospómulos salidos y luciendo un vestido que hiciera resaltar sus bien formadospechos.Era uno de sus juegos secretos con la vida que Anna le envidiaba. Noobstante, cuando le daba por reprocharse, le decía a Anna que se avergonzaba desí misma por lo mucho que disfrutaba representando distintos papeles:—Es como si realmente fuera distinta. ¿No lo comprendes? Incluso mesiento una persona distinta. Hay algo de desprecio en ello... ¿Sabes aquel hombrede quien te hablé la semana pasada? La primera vez, me vio con aquellospantalones viejos y aquel jersey ancho... Pues bien; cuando me presenté en elrestaurante nada menos que al estilo de una femme fatale, el pobre no sabía cómotomarme; no dijo una palabra en toda la noche... Y yo disfrutaba. ¡Ya me dirás!20

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!