j - Memoria Chilena

jen tener amigos. Marinita te lo suplico, cumpleme
estos deseos. Tu eterna agrudecida.
Si me ayudas te trued un paquete de ve2as.
Gracias Marinita.
CARMEN GONZALEZ.
Marinita:
Le doy gracias por lo que me ha mejorado del
higado y ewer0 que ahora me mejore del cerebro y
la cabexa, como tambiin este d oh del lad0 Qzquier-
do, en general tsdos mis dohes, para &si pder ha-
cer mis cosas de casa, como tambie'n m& costuras.
Espero encontrar en Ud. estos milugros. Gracias. Se-
rd siempre su devota y agradecida.
Pi&, Marinita, POT la tranquilidad de mi hogar.
NIARGARITA.
Habia llegado una pareja joven de obreros y re-
zaban frente al Brbol. CaucamBn suspendi6 discre-
tmente la Iectura y se despidi6 de la vieja.
Todo ese fervor pedigiiefio le producia un extra-
iio efecto. Aquella nifia, para conceder toda clase de
favores, habia sido cruelmente asesinada por su pa-
drastro. Era l'a misma historia de San Pancracio, el
nifio descabezado de la iglesia de Santo Domingo.
.Sospechaba que la Marinita iba a ocupar tam-
bi6n un lugar en sus suefios, y el aumento de preocu-
paci6n religiosa lo entristec,ia.
En ese instante todo parecia fhcil y placentero.
El cielo zzul, la brisa que movia 10s Brboles, el ca-
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