j - Memoria Chilena

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mente la cara y le pus0 algod6n y tela emplhstica
sobre 10s labios y un p6mulo.
-Tiene que cuidarse, Caucamh. A veces 1s Federaci6n
inventa una preseleccibn antes de hacer el
equipo. Madana lo paso a, buscar pars que almuerce
en mi cas?. LTiene al@n inconveniente?
-Ninguno. Muchas .gracias. . I
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’ A1 salir de 10s camarines, vi0 el’estadio vacio y
el ring oscuro. Los acmnQdadores revisatran las sWlas
buscando diarios o alg6.n objeto perdido. A 10s veinte-minutos
de su victoria, de la multitud bulliciosa
y frenktica que llenaba el local, TIQ quedaba el menor
vestigia En la calle, hirviente de ’luces y bocl’nazos,
lo esperaban Gutikrrez y el delegado, en un‘ taxi..Alcanz6
a divisar a1 Bomba, que wretiraba en compafifa
de un grupo de ciclistas.
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Caucaman dej6 su maletin sobre la cama. Esta-
ba excitado. Desde el balchveia la roja mde de San
Francisco, con su ockano *de tejas, toda iluminada.
Esa noche c1ausmaba.n el mes de Maria yalos mnos
trasmitidos por altavoces llegabarf hasta su pieza.
“Una vuelta no es nada”, se dijo y baj6 con rapi-
dez las escaleras, hurtandole el cuerpo a1 nochero,
que deseaba felicitarlo y platicar sobre las peleas- de
aquella noche.
La atm6sfera tibia de diciembre marici6 s a
sentildos. Dobl6 POT la Alamleda y se detuvo indeciso
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