j - Memoria Chilena

Bomba smri6 un tanto asombrado. . . Dos hilillos de
sangre se le escurrian por 10s labios.
-iAleluya, hermano! -grit6 uno de la galeria.
-jTira, Maria Elena!
Al minuto de pelea, Caucamkn se dio cuenta de
que 10s izquierdas del Bomba, capran dome cayeran,
le producian much0 destrozo. Era conveniente
cambiar de tftctica.
Tom6 la iniciativa con rectos izquierdos, y huyendo
de 10s entreveros, daba saltos de lado y giros
de media vuelta. El Bomba lo sepia. laxmando mazazos
como quien ahuyenta a un rat6n. Los parciales
se enardecian con sus ataques.
-Ya, Bomba. Tira el premiado. A1 otro sale.
Apkalo, que es malo.
-Boxea, no mks, Maria Elena. BoxCalo y es tuyo
-aconsejaban 10s apostadores de la galeria.
-Bas%a y sobra, Bomba. Easta y sobra.
Aquella masa an6nima reaccionaba en forma di-
Serente a cada combate. A mes aplaudia el boxeo
perfilado; otms, el coraje o la caballerosiclad. U s simpatias
de esa noche se cargaban por el mb dCbil y
novato. Tenian m&s ambiente 10s gritos y pullas a
favor del nortino. Los hkbiles esquives, de Caucamhn
eran vitoreados.
Bmba llevaba la iniciativa, per0 pocas veces
daba en el bulto. Su figura tosca, de H6rcules criollo,
se bandeaba con poca eficacia, de un extremo a otro
del ring.
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