j - Memoria Chilena

Una nube de aficionados y dirigentes le golpea-
ba las espaldas, felicitkndolo por el triunfo.
Terminada la competencia interna, ya nadie dis-
cutia la inclusibn de Caucamhn en el equipo repre-
sentativo de la Oficina.
Siguib en las manos del Pincho GonzAlez y del
liviano Dominguez. Ahora el entrenamiento era m8s
duro y sistemktico y habia que hacer guantes, dia-
riamente, con boxeadores duchos y experimentados
que le llenaban la cara de avispas y se reian a gusto
de su noviciado.
Le estaba prohibido responder con fuerza. No
podia abusar del peso.
-Hay que acostumbrarse a recibir el castigo -le
insistia Pincho Gondlez.
Caucamhn, con 10s ojos humedecidos, descargaba
su ira contra la bolsa de arena.
El liviano Domfnguez le daba consejos y man-
* tenia firme su aficibn.
-Hay que ser paciente y advertido. Te falta mucho,
todavia, para pulirte, per0 vas saliendo de lo
peor. Mhs vale recibir con guantes de diez onzas que
con guantes de combate. Tienes que hacer el ojo a
10s pufietes. Despuks el cuerpo esquiva y se defiende
solo. . . No te olvides, la defensa es lo principal en un
novicio. Todavi.a bemmos txw elemanas.
Domhguez era un elemento experimentado y de
buena tkcnica. Desde nifio habia peleado en Iquique,
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