j - Memoria Chilena

nas venecianas st pan hmafio: el Puente de 10s SUE+
piros, el Canal de Rialto, la Plaza de San Marcos.
Pidieron cerveza. Junto a ellos apareci6 una ni-
fia que vendfa claveles, peinetas y agujas. Cancino le
compr6 una peineta colorada y le dijo, bajito:
Y usted, m’hijita, jpelea en el mfnimo o en el
mosca?
La vendedora sorte6 Agilmente el agarr6n de
Cancino y le sac6 la lengua.
Despuks llegaron una vieja que pedfa limosna y
otra niiiita que ofrecia lkpices y nlimeros de loteria.
-Aqui estamos perdidos 4ijo Domfnguez-.
Nos van a vender hasta la Biblia. De repente no m h
llegan 10s hermanos. Esto nos pasa por sentarnos. Si
hubieramos pedido en el mesh.. .
Cancino se vefa de lo mAs animado y propuso se-
guir la fiesta donde 61 sabfa, en un bar de la calle Es-
meralda.
lhminguez hizo u11 guifio burl& a, CaucamBn.
jEn qu6 pascxs habria andado el pequefio Cancino por
aquellos lados?
La calle San Pablo iba creciendo en su animaci6n
nocturna. Obreros, gentes con paquetes y sacos, lu-
chaban tenazmente por subir a 10s micros y tranvfas.
Los altoparlantes de 10s negocios imponian mbica
bailable entre 10s bocinazos de 10s autombviles.
Se detuvieron algunos minutos frente a un co-
mercio de pikjaros del Mercado Central. Domfnguez
tenia el encargo de llevar un zorzal y dos canarios
cantores a la pampa. Preguntaron 10s precios y do-
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