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da y sorprendida de Domhguez. Cancino le dijo en<br />
voz baja:<br />
-A todos les dice igual. Lo hace por carifio.<br />
’<br />
Dohguez queria volver a sus cervezas, per0<br />
Cancino se le adelant6 con pan seguridad:<br />
-Un Viiia La Rosa, tinto, con la rayita colomda<br />
a1 medio.<br />
Este chico Cancino es una brisca.<br />
El peso gallo estaba encantado con su bar. Lo<br />
mostraba y lo lucia como un juguete de lujo.<br />
-No se crean que aqui toma cualquiera. Piden<br />
carnet de socio transeirnte.<br />
-iY qui& te trajo a este chinchel? -grufi6 el<br />
peso liviano.<br />
-Buena, buena. . . Usted ha venido diez veces a<br />
Santiago y apenas conoce El Buque. Ni que fuera a<br />
medias con el duefio. Ya parece botero.. . Estamos<br />
eli la gloriosa Esmeralda. . . Iquique, viejo. . . De<br />
Iquique es este puma. . .<br />
Caucamh se rei%, quit&ndole peso a las bro-<br />
mas.<br />
N o se peleen 10s niiiitos “oncili6 la mesonera<br />
gorda, descorchando la botella.<br />
Llegaban 10s garzones pidiendo jarros de vino<br />
caliente para la orquesta. Los mhsicos ayudaban a1<br />
consumo. Era tradicih del local que el conjunto fuera<br />
ftestejado despu6s de una seguidilla de canciones<br />
criollas.<br />
Domhguez le iba tomando gusto a1 ambiente y<br />
ya proponia la segunda botella cuando el peso gallo,<br />
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