j - Memoria Chilena

una pobre exhibici6n ante un rival de Iquique. Des-
pubs del combate tuvo un violento cambio de pala-
bras con el delegado y se esfum6. Caucamhn hizo un
recorrido por 10s locales que frecuentaba su compa-
fiero despubs de las peleas, per0 sin resultado. Hubie-
ra querido consolarlo y alentarlo. Despubs de todo, .
era su mejor amigo y consejero. En el hotel lo esper6
durante un par de horas. A1 final, el cansancio lo He-
v6 a la cama. Con las primeras luces de la madruga-
da, vi0 entrar a Dominguez trastabillando y con la
mirada perdida.
-&Que te pas6, hombre?
-Nada, me ganaron bien ganado. Son cosas del
box. Aunque me hubiera cuidado, siempre me pega,
pmu le aguantk 10s tres rounds.
Se desnud6, tirmdo la yopa a1 suelo, y apag6 la
luz.
Caucamiin se levant6 temprano y arregl6 la ropa
de su compahero. Con 10s labios hinchados y un ojo
en tinta, Dominguez dormia a placer.
A medidia Caucaman encointr6 al delegado en
la puerta del hotel. Tuvo el phlpito de la desgracia.
Jimbnez le anunci6 sin preiimbulos, con voz irritada:
-Acabo de mandar de vuelta a su amigo, el sin-
vergiienza de Domhguez. Anoche me insult6 p~bli-
camente, antes y despubs de la pelea. Daba la impre-
si6n de que estaba borracho.
Caucamhn se qued6 helado.
En el comedor, Jimbnez trat6 de levantarle el
animo. La conducta de Domhguez no era la de un
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