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Scherzo. Núm. 99

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D O S I E RHenry PurcellLA MÚSICA TEATRALLa vida de Purcell transcurrió durante la Restauración ylas primeros años de la Edad augusta, una época quese propuso Ixirrar las secuelas de un interregno vistocomo el mal absoluto y a la vez recuperar los buenastiempos pasados. El doble objetivo resultó ilusorio.Del enemigo derrotado habían arraigado demasiadascosas; Millón logró transmitir a la posteridad susemblante más nuble y Bunyan vino a colmar lasnecesidades sentimentales e ideológicas de las mismas clasesmedias bajas que hasta hada poco habían devorado conavidez los sermones puritanos y los panfletos políticos. Y porotra parte era difícil resucitar el mundo ¡salid ¡no y de losprimeros estuardos como si nada hubiera pasado.Se había vuelto a la normalidad en muchos aspectos yuno de sus signos fue la reapertura de los teatros, que habíanpermanecido cerrados durante el período republicano. Seseguían aplaudiendo las cruentas tragedias de tiempos deShakespeare pero ahora los entendidos torcían el gesto condesdén, Una gran parle del lenguaje crudo Y grosero semodificó y refino y los papeles femeninos, antaño interpretadospor mudiachos, se desarrollaron para explotar eltalento de las actrices. Incluso se- escribían dramas de estiloarcaico con sombrías intrigas amorosas, traiciones, juramentos,venganzas v asesinatos sin cuento. Pero tenían algo deformadoy un defecto básico, la inmotivación sicológica detodos los males y pecados que abrumaban a los protagonistas.Había miedo a lo vulgar, a lo emotivo, a lo excesivo. Klentusiasmo y la pasión se asociaban con la revolución de lasclases inferiores. Se tenía conciencia de los peligros de llevarlas cosas hasta .sus últimos extremosy empezaban a apreciarse lasvirtudes del compromiso.Lejos ya del teatro públicopopular isabdino y jacobeo. surgióun teatro cortesano, elegante,lujoso, en el que brillaban lasfantasiosas escenografías de IñigoJones. La audiencia no fue seguramentetan elitista como se hapretendido, pero estuvo dominadadurante años por el gusto delrey Carlos II y su entorno. Elambiente era frivolo y proclive alexhibicionismo y al gran espectáculo.Se pagaba por ir al teatropero no se prestaba especialatención a la representación; seiba a ver tanto como a ser visto.Seguramente no andaba descaminadoRuger Xorth. diletante,amigo y admirador de Purcell,cuando dijo que las audienciasde la Restauración no eran dignasdel talento de éste.Una constante de la concienciajohn Dryden (National Portrait Gallery, Londres)restauradora es la manipulaciónhistórica- La sensación de dominar los acontecimientos y detener ];i capacidad de corregir su curso para devolverlos alcauce correcto, produce una especie de vértigo. Desde laatalaya del presente, considerado el punto más avanzado delprogreso, el pasado puede ser reescrito y adaptado a cualesquieranecesidades coyuntura!es. Todo vale en esa dirección.No es extraño que el arte de épocas pretéritas seasometido a las más caprichosas y burdas reelaboraciones yque a veces también con el alibi de la lilxTtad omnímodadel intérprete, se imponga una forma de censura, la másefectiva, basada en las regías del gusto dominante.Shakespeare sufrió en esta época su primera lx>wd!erízcicióncon arreglos y expurgaciones de sus • imperfecciones" acual más extravagante, ante la incapacidad de asumir su fuerzadramática y su magia verbal que Dryden encontrabaampulosa. F.l furor revisionista proporcionó un final feliz a tírey Lear, omitió el trágico destino ele Ofelia en Hamlet e hizodesaparecer per.sonajes incómoda- que podían herir sensibilidadesdemasiado auíocomplacientes. inventando de pasootros insípidos, carentes de la más mínima entidad dramática.Todo suena hoy muy familiar y es que el espíritu de laRestauración es mucho más actual de lo que parece. Surepresentante más puro fue tal vez John Dryden. muy vinculadoa Purcell, cuya lengua literaria, aun recientes los poetasrnvlafUicos y cai'alierx, experimentó un proceso de simplificacióny clarificación racionalista ya preludiado por Mil ton,Fue tarea suya -limpiar el lenguaje de la poesía y devolverloal orden de la prosa" como dijo T.S. F.Iiot. Cultivó la tragediay al mismo tiempo llevó a su plena madurez, con Etherege,Wychcrley. Vanbrugh y Congreve, un tipo de comedia distinguida,de buenos modales, de situaciones ingeniosas, cínica,que refleja un mundo en el que las formas aristocráticasse estaban adaptando a una sociedad dominada por d dinero.Combina un aristocratismo en política con el escepticismode Hobbes; su trama, de una complejidad a lo Ben Jonson,tiene por figura principal al libertino, empeñado ensatisfacer sus inclinaciones instintivasdentro de los límites de ladiscreción y el decoro social. "'"'A su modo, la comedia produjoun efecto revulsivo y ciertaalarma. El clérigo Jeremy Collierpresentó un folleto contra el teatro,inquieto sobre todo ¡xir lasataques que creía advertir a lagente bien. -La misión de lasobras de teatro es recomendar lavirtud y reprobar el vicio», afirmabaen línea con una teoría prestigiosaen la época, el fin didácticocid arte. La oposición a la licenciosidaddel teatro procedíaahora no sólo de los puritanossino también de aquellos queconsideraban que el irreverentelibertinaje de los dramaturgosponía en peligro el orden social.Dryden aceptó las críticas deCollier, Congreve dejó de escribir,Vanbrugh abandonó eldrama por la arquitectura y elsentimentalismo sustituyó al ingeniocrítico.No fue el puritanismo el que produjo la disgregación de la.sensibilidad, la decadencia de la música inglesa, el divorcioentre las miñonas y la masa en materia de arte y literatura.Todo esto fue más bien fruto de cambios que afectaban al conjuntode la sociedad que secaron las manantiales de la poesíanatural y despojaron también al mismo puritanismo ele su fervorrevolucionario, dejando tan sólo un utilitarismo .secular.

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