EstudioEL TRISTAN DEL FIN DEL MILENIOGrabar el pasad» verano, parael vídeo, el actual Tristón deBayreuth y hacerlo tambiénunos meses antes en Berlín,para el disco, parece a primeravista un acto de avariciacomercial por parte de Teldec y DanielBarenboim. Mas cuando se ha tenido lafortuna, cual es mi caso, de asistir auna representación de la fascinanteproducción bayreuthiana y. casi a renglónseguido, la de escuchar y estudiartambién el magistral trabajo berlinés, ladoble vía elegida se revela artísticamentelegítimaEn Bayreuth dominan la personalidadde Heiner Miilier, director de escena,y las condiciones acústicas delFestspielhaus: un Tristán de cámarapara el final físico y espiritual del milenio'.Müller ha exigido que la filmaciónrespete su escenario y su régie, enprincipio poco televisivos, sin cambiaruna jota; pero no habrá podido impedirla manipulación técnica del hechomusical, que en los últimos tiempostiene en Bayreuth la virtud de conseguirque la banda sonora del vídeo-volumen en función de la clase deplano- no suene como los discos, loscuales tampoco son a su vez fieles a loque se oye en la sala de! legendarioteatro. Todo esto tiene que haber desasosegadopor fuerza a Barenboim,quien con la experiencia del Anillo conKupfer y sobre aviso de la tiranía deMüller podía deducir que ni el vídeo nilos posibles discos bayreurhianos ibana recoger adecuadamente su actualTristán, muy madurado en relación alde los tiempos de Ponnelle.La interesante entrevista que aportaTeldec descubre enire líneas algunosde aquellas problemas y expone conclaridad las ideas de Barenboim. DeBayreuth dice el entrevistado: -Lamagia de Bayreuth consiste para eloyente en que no se ve a la orquesta yasí no se sabe de dónde viene el sonidoy cuándo (...) Para el director, elfaso cubierto significa también que sepuede hacer tocar a la orquesta condinámica realmente extrema, porqueraramente sucede que sea demasiadoalto para los cantantes. Lo que el espacioacústico no puede ofrecer en Bayreuthes esta sensación de una explosiónde sonido, que sí puede darse enun foso abierto o en una safa de conciertos-.Y sobre su comprensión deTristón va desgranando aquí y allá:-Para mí, Tristán es una pieza que.vista también filosóficamente, explicaque la Música no es Ser. sino Llegar aser, un nacimiento. En el momento enque una tensión se resuelve, nace otranueva (...) Siempre nace algo de algoque existía antes y conduce a losiguiente. Es, por decirlo así, el arte delas transiciones (...) Como a menudoen Wagner. hay diferencias estilísticasentre los tres actos (...) El primerosería declamación; el segundo, cantobello; y el tercero, una mezcla dedeclamación y sprechgesang (...) El climaxmusical del segundo acto, el dúode amor, donde todo está dirigido a unmáximo de éxtasis y exaltación, serepite en la muerte de amor, peroahora tiene un carácter contemplativo.En el momento de la máxima pasióntiene que sobrevenir también este elementoreflexivo (...) Tristán no es unapieza atonal y no liene elementos sionales'.Se juega aquí con el principiode tensión y distensión en un mundoarmónico hasta el no-va-más, como unelástico, que se estira y tensa hasta elWAGNER: Tristón e Isolda. S. Jerusalem,M. Salminen, W. Meier, f.Struckmann, J. Botha, M. Upovsck, F.Maus, R. TrekeL U. Hetlmann. Corode la Opera del Estado de Berlín.Orquesta Filarmónica de Viena.Director: Daniel Barenboim. 3 CDTCLDEC 4509-9456*2. DDD. 235'48".Grabación: X-XI/1<strong>99</strong>4. Productor eingeniero; Martin Sauer y Ulrich Ruscher. Libreto en alemán, inglés yfrancés. Entrevista a D. Barenboim ycomentario en los mismos idiomas.extremo (...) Tristán lleva la tensiónarmónica por el cromatismo hasta unpunto culminante que ya no puede sersobrepasado-.Como se ve. observaciones sensatas,fundamentadas en la naturalezamusical de !a obra, que alguien consideraráconservadoras. Muy bien. Conla magnifica ingeniería hoy disponible,con una orquesta integrada, como éldice, por -gentes poseídas por la música,con capacidades técnicas y musicalescasi ilimitadas-, Barenboim ha mejoradola distribución de Bayreuth conMarjana Lipovsek (Brangáne) y MatüSalminen (Marke) y se ha aplicado aconseguir que llegue al oyente toda lapartitura orquestal como nunca sehabía logrado hasta ahora en un estudiode grabación y posiblemente en losteatros, pues es muy difícil conseguirque los instrumentistas toquen siemprecon tanta afinación, nitidez, cuerpo ybrillo a lo largo de toda la gama dinámica,aquí muy generosa (las explasionesque Barenboim echa a faltar enBayreuth). En mi opinión hay algunosexcesos, si bien no son burdas, pues lacalidad del sonido, básicamente blando,se mantiene siempre: por ejemplo,en el climax del preludio las dos efesestán escritas sólo para el acorde deltutli y aquí ya se alcanzan antes; laenorme inteasidad de la cuerda mientrasTristán se acerca al camarote deIsolda es fruto, sin duda, de la calidadde los arcos de la Filarmónica de Ber-
D I S C O SEstudiolín, pero también del quehacer delingeniero de sonido; en el bellísimopasaje arioso -Deín Werk? O tór'geMagd!-, cuando Isolda va a cantar -DieTod geweihte- hay un forte súbito yacelerando de las trompas y loda lamasa de cuerda que el director traducecomo aigido del metal, Por el contrario,la minuciosidad de la batuta brindamaravillas de fraseo y de detalle, entrelas que quiero recordar ahora tambiénlas dos notas acariciadoras de las trompascasi al comienzo del dúo sobre laspalabras -nimni mich auf-, pues son lasmismas con que va extinguiéndoseTráume (Sueños), el último de losWesendonk-l ieder'.El nivel del reparto es alto para loque hoy se lleva. Naturalmente, destacaen él Waltraud Meier, memorable entodos los pasajes que demandan cantoexpresivo. Su condición de mezzo seadvierte inevitablemente en el registroagudo y perjudica un poco a suBrangane, también mezzo, claro, perosin las dimensiones de las grandes(Thorborg, Klose, Ludwig). 1.a confrontaciónperjudica asimismo a SiegfriedJemsalem en los dos primeros actos,pues su calidad artísticxi es inferior a lade su Isolda. Cuando Tristán entra,desciende el nivel expresivo, y no porqueIsolda sea la parte activa y Tri.stán¡a postrn, sino porque la voz del tenores algo lineal y neutra'. Sin embargo,como en el tercer acto no hay intervencionesprevias de Isolda el tenor imponepronto su sello, convence y arrastraal oyente que sufre con él la ¡aceranteagonía de la criatura consumida por lasheridas del cuerpo y aún más por lasdel alma. Salminen es la solvencia enpersona, aunque no alcance la grandezade su compatriota Martti Talvela;Struckmann está en la línea de los Kurwenaljóvenes con su sonora voz debarítono dramático (el adjetivo -heroico,es todavía prematuro); Uwe Heilmanncanta muy bien la breve, perobella, intervención del Joven Marineroy Johan Botha. otro interesante lenor,consigue atraer la atención con el desagradecidopapel de Melot.Barenlxnm no ha venido a rompercon tradiciones, a innovar y a borrar.Quien crea que desde ahora sólo hayeste Tristán y olvide los documentosde la edad de oro (el londinense deReiner. por ejemplo), los de los anoscincuenta (Furtwangler, Jochum, Karajan,Knappertsbusch) el de lióhm(1966) e incluso el semifallido de CarlosKleiber, .se habrá empobrecido. Porel contrario, seguir el prodigioso registrocon la partitura, detenerse, repasareste diseño, descubrir aquel otro, comprobarlas maravillas de la ideación deWagner y sentir cómo el genio delpoeta-músico va dando forma a lamaceria sonora enriquece toda la experienciaque ya poseemos. Así. el Tristándel fin de este milenio va a serdurante mucho tiempo el primero delvenidero.Ángel Fernando MayoNotas:1. El comentario sobre este Tristón haaparecido en el n° 98 de SCHERZO. A él meremito ahora en su conjunto y detalle.2. Dice Barenboim sobre !a alonalidad:•Para tener un sistema con 12 notas independientes,enteramente perfecto, estas 12notas no podrían tener posibilidad algunade relación entre ellas. Esto no es posible,una quinta permanece siempre una quinta,y esto tiene sus consecuencias-. EugcnJochum prt(iuntalia con soma en una ixasión:-¿Pero es que existe la atonalidad?>.3. La minuciosidad de Barenboim alcanzaa la entrevista, donde pone un ejemplode lempo rítmico exaao resuello en trémololibre ni comienzo del monólogo de Marke yliabla de semicorcheas, cuando se traía decorcheas. Gamo en el caso de El oro del Rinque también comento aquí, los responsablesde la edición de los cuadernillos deberíanevitar que estos errores lleguen a serletra impresa,4. Con Windgassen descendía ¡a calidadvocal establecida por la terrible Nilsson,sobre todo en los úliirnos años, pero laartística general se mantenía e incluso aúnse elevaba.EL COMIENZO DE UN ANILLO IMPORTANTE?Cuando sir Georg Solti aceptódirigir en Bayreuth el Anillocorrespondiente al centenariode la muerte de Wagner. enrealidad era Decca la que seaprestaba a desembarcar con lomejor de sus equipos técnicos y deproducción en la ciudad bávara. Aligual que en los comienzos del sistemaestéreo la firma inglesa se adelantó conla Tetralogía producida por John Culshawy dirigida por un Solti en la plenitudde su fabuloso vigor, ahora se tratabade arrancar con ventaja en la líneade salida del sistema digital en el circuitowagneriano más famoso y con elviejo bólido restaurado y cuidado poruna multilud de mecánico?. Pero eitinglado se vino abajo estrepitosamentepor causas diversas y complejas, quepueden resumirse en la ahsolutaincompatibilidad de los propósitos, losmedios y los talantes de las partes concurrentes.El caso es que Decca perdióel tren y ha visto cómo DG (Levine).EMI (Haitink) y, lo que más escuece, laotrora fraterna Teidec (Barenboim) hanrealizado sus respectivas Tetralogíastécnicamente puestas al día; además, laúltima citada procede de ese Bayreuthllegado a ser para estas ingleses, si noun imposible Waterloo, sí Dunkerque.Mas como no hay mal que por bienno venga, Decca se ha tomado su liempopara analizar lo sucedido, extraerconsecuencias y diseñar otra estrategia.Ahora su director-pivote es el berlinésChristoph von Dohnányi, hombre ligadoen sus comienzos a la música denuestro siglo, pero que después delpaso por la Opera de Hamburgo(1978-1984) se ha labrado un prestigiointernacional, como director de vastorepertorio, al frente de la magníficaOrquesta de Cleveland, cuya titularidadasumió en 1982. Dohnányi es un eclécticodel que se puede esperar siempreesa música clara, bien construida, intelectivamenteatractiva pero emotivamenteneutra que domina hoy fosos yestrados. Cuando dirige el repertorioromántico no se permite un rubato,una suspensión del tempo, que él necesitacontrolar en todo momento. Alcomentar su registro de El holandéserrante, que para mí resultó decepcionante en lo musical aunque oficialmentehaya sido acogido aquí y allá a botafumeirosuelto, resumía así la cuestión:•Hay un momento particularmente triste:cuando en el dúo Senta canta lasublime melodía compasiva -Ante míestá él con sus ardientes rasgas- acompañadapor los violonchelos, Dohnányiquiere portamentar como las grandesy así se lo demanda a los magníficosinstrumentistas de la Filarmónica deViena; pero las frases no alcanzan a sermás emotivas, más cálidas sino sólomás amplias aparentemente-. En realidad,lo que más he admirado hastaahora en el nieto de Erno von Dohnányies que llegara a casarse con la temperamentalsoprano Anja Silja, de sueltaésta de algunas tragedias de la vida,y haya tenido con ella cuatro hijos.Seguramente, Decca y Dohnányisacaron también conclusiones delHolandés vienes, que tuvieron quegrabar entre marzo y noviembre de1<strong>99</strong>1 en parte porque el director delos coros, Norbert Balatsch. pasabamás tiempo en Bayreulh -¡siempreBayreuth!- que en Viena. Dohnányií)l