D I S C O SReedicionesEl violinista ¡srael ¡-estadounidenseItzhak Perlman cumplió el mediosiglo de edad el pasado 31 deagosto. EMI lo celebra con profusiónde lanzamientos ex novo yrecopilaciones como este estuchede veinte discos repletos de música.Los forofos de Perlman -y cómo noser uno de ellos- probablemente poseeránmuchos de estos registros; así. porejemplo, a ojo de buen cubero calculoque ahora se repite en torno a unsesenta o setenta por cien del álbumaparecido hace un par de años bajo eltítulo de El arle de fízbak Periman (vid.SCHERZO n y 77). Por eso la recomendaciónserá especialmente entusiastapara quien de repente quiera iniciar oaumentar sustancial mente y con garantíassu colección de grabaciones violinísticas.Si el lector se encuentra en uno deesos casos, la ocasión que se le présenlaes inmejorable. De las obras recogidasson bastantes en efecto las que sinreservas pueden considerarseprimeras opciones absolutas ymuy pocas en cambio las quecuentan con alternativas másinteresantes en el catálogo discográficode quien por ciertoes ya, y con diferencia, el violinistamás prolífico de toda lahistoria de la fonografía: 370obras de todos los géneros enmás de 400 registros. Veiniudiscos apenas son nada pararesumir semejante laboriosidady para esta selección se hadecidido otorgar la parte delleón a la música concertante.Los grandes conciertosPor supuesto, no falta ningunode los cuatro grandesconciertos románticos. MendelssohnIcón Concvrtgerxniwy Haitink), Brahms (con Chicagoy Giulini) y Chaikovski(con Filadelfia y Ormandy)reciben versiones estupendas,de aquellas que en ningunadiscoteca sobran, sino másbien todo lo contrario. Perodonde Periman .se supera a sí mismo ypor consiguiente se hace completamenteimprescindible es en Beethoven, quetoca en jornada de especial gracia parasí y para el público bedinés que ennoviembre de 1986 lo oyó en persona.1.a elasticidad en el grosor del sonido,el timbre subyugante, la nitidez de articulación,la maleable plasticidad en elfraseo y, en fin, la poderosa personalidadexpresiva son virtudes constantesPERLMAN CUMPLE 50Itzhak Perimanen Periman, que aquí se manifiestan enespléndida plenitud. La manera tan distinta,original y sin emliargo escrupulosamentetextual de atacar el arranquedel Rondó es motivo de particularasombro. Y todo, además, convenientementesubrayado por el acompañamientoatento y simpatético de la Filarmónicade Berlín bajo la dirección nomenos ¡aspirada de Daniel líarenboim.Dos discos cubren el cupo barroco.El consagrado a Bach (BWV 1042,1043, 1056 y 1060), procedente en sumayor pane de tomas fechadas a principiosde los años setenta (con laOrquesta de Cámara Inglesa y DanielBarenboim), constituye probablementeel flanco más débil de toda la colección,pues, por más bondades técnicasque quepa predicar de la realización,ésta pane de una concepción románticaque por fuerza ha de chocar frontalmentecon los planteamientos estilísticoshoy en día comúnmente aceptadoscomo más rigurosos en relación conesta música. En tal sentido, resistenmucho mejor las muy vitales Estacionesvivaldianas grabadas con la Filarmónicade Israel a mediados de 1983.Conciertos en penumbraPara el segmento del mercado quemenos lamente, por ejemplo, el hechode que no se haya incluido ni un soloRICHARD HOLT/EMIconcierto de Mozart, el horizonte seabre todo lo que da de sí la duraciónocupada. La zona del repertorio que sino totalmente desconocida, sí permaneceaún en la penumbra para el granpúhlico, está ampliamente representada;Glazunov, Üruch {Primero y Segundo),Sibelius, Dvorak, Prokofiev (/'rimero),Khachaturian. Shostakovich{Primero) y Bartók (Segundo).Una vez más el propio Perlmanaparece como el más cualificado desus rivales, y de nuevo se lleva [apalma una grabación en conciertopúblico: la del Cp. <strong>99</strong> de Shostakovichcon la Filarmónica de Israel dirigidapor Zubin Menta en la sala Frederic R.Mann de Tel Aviv en julio de 19B8.Únicamente en David Oistrakh y laFilarmónica de Leningrado con YevgueniMravinski se apreciará un virtuosismoaunque no tan preciso -eso seríaimposible-, sí más imaginativo en losmovimientos rápidos, y un calado máshondo en los lentos; ahorabien, al precio de un ambienteacústico de muy inferiorcalidad, con lo cual ni por lomás remoto quiere decirseque el conseguido en el auditorioisraelí sea óptimo.Dos registros vn estudiodestacan en este grupo deconciertos: el de Dvorak (conla Filarmónica de Londres yBarenboim) por su idiomáticaprosodia y el perfecto dominiode los tornasoles sonoros;y el de Bartók, a despechodel pesado lastre que suponeel audible siseo de fondo(toma de 1973). por la férrealógica interna con que solistay orquesta (Sinfónica de Londresdirigida por André Previn)consiguen unir los múltiplesy contrastantes episodiosde los tortuosos pentagramassin dejar de comunicar unafascinante sensación deimprovisación. De indiscutibleprimera fila también las versionescié Sibelius (con Sinfónicade Pittsburgh y Previn) yKhachaturian (con Israel y Mehta).Conciertos en sombraSin rebajar ningún mérito de loshasta aquí comentadas, para el aficionadomedianamente provisto lo másatractivo de esta compilación será probablementela generosa cantidad queincluye de conciertos no fáciles deencontrar en disco y prácticamente olvi-
D I S C O SReedicionesdados en las programacionesde los auditorios: Erich Korngold,Henri Vieuxtemps (Cuarto,Qiiinlo). Henryk Wíeniawski(Primero y Segundo), Mario Castelnuovn-Teiiesco{Segundo),Julius Conus y Christian Sinding(Suite op. 10). En todos salvo elPrimero de Wieniawski, Perímanha de competir, tres veces enexclusiva (Cuarto de Vieuxtcmps.Castelnuovo-Tedesco. Sinding),nada menos que con ellegendario Jascha Heifetz, paraquien fueron escritas varias deestas páginas. Valga como suficienteelogio general decir quesale muy bien parado de todaslas comparaciones.Las do.s piezas de Vieuxtemps(con la Orquesta de Parísy Barenboim). por ejemplo, sonotras tantas exhibiciones deportentosa brillantez técnica yelocuencia perfectamente equilibradaen sus componentesépica y lírica. íxtraña que consemejante modelo sean todavíatan pocos los violinistasque se animan a aportar sugranito de arena para auparestos dos conciertos, muyparticularmente e! Quinto, alnivel de conocimiento y reconocimientode que en justiciadeberían gozar.Mucho de lo mismo cabríadecir du Wieniawski; dos terciosdel disco entero que se lededica lo ocupan sus das conciertos(con la Filarmónica deLondres y Seiji Ozawa), demayor y más dramática variedadexpresiva que lo.s deVieuxtemps. Por el contrario, elSegundo de Castelnuova-Tedesco (con la Filarmónica deIsrael y Zubin Mehta) adolecemás que levemente de una unilateralidadlírica no totalmenteachacable a la propia partitura.El Concierto de Conus y la Suitede Sinding coinciden en un virtuosismopostromántico bastanteempalagoso, que sólo las efusivaslecturas acompañadas por laSinfónica de Pittsburgh y Previn hacenmedianamente soportables; algo que nipor esas .se consigue con la obra deKorngold, en sí misma de una entidadindisimulalilemente menor.El restoLa Chacona de la Parata BWV1004, de Bach, y los 24 caprichos op.1, de Paganini, son las únicas concesionesa la música para violín solo. En,,H1>ST*IÍOVICHEMIEDICIÓN PERLMAN. Obras deBach, Beethoven. Mozart, Spohr,Vivaldi, Mcndelssohn. Bruch, Chaikovski,Sibelius, Brahms, Korngold,Dvorak. Glazunov, Vieuxtemps,Ravel, Saint-Saéns, Wleniawski, Prokoflev,Castelnuovo-Tedesco, Khachaturian.Shosiakovich, Bartók,Conus, Sinding, Paganini, Rachmani-Oov, Stravinski, Kreisler, etc. ICthakPerlman, violin. con múltiple* solistasy orquestas acompañantes. 20CD EMI 4 83177 2. ADD/DDD. 1355'.Bach, Periman realiza una auténticacreación, que sólo deja insatisfechopor el apetito que abre deoír el resto de la obra. En Paganinillena de vida hasta el último recovecodel más tortuoso diseño condestreza y buen gusto admirablespara mantener estables la melodíay el color sonoro no imponala magnitud de los escollos técnicosque afronte.Tampoco la música de cámaraaparece representada en correspondenciacon la intensidad yamplitud con que Perlman la hacultivado a lo largo de toda sucarrera. Como obras mayorestenemos las tres Sonatas deBrahms, el Trio -Archiduque- deBeethoven, el Ciuirtetu con oboede Mozart, el Dúo concertantefiara dos violines, qo. 67, n" 2, deSpohr y el Trio op. 50 de Chaikovski.Son hermosas músicas y lasinterpretaciones competentísimas,pero aquí el criterio de selecciónparece decididamente haber tenidoen cuenta, más que el repertoriointerpretado, la nómina de acompañantesque encabezan liis pianistasVladimir Ashkena?j, Samuel Sandcrsy Bruno Canino, el violonchelistaLynn Harrell y el oboísta Ray Still,nombres todas ellos habituales ¡untoal de Perlman. A este Brahms conAshkenazi únicamente podría hacerlesombra el del mismo Perlman conHarenboim por el medio grado másde calidez que transmite.Los últimos discos de la seriecontienen diversas piezas menoresde Chaíkovski, Stravinski, Rachmaninov,la mayoría en transcripciones.Como autor y arreglista, aKreisler se le dedica íntegro undisco. Los dos últimos, bajo el títulogenérico de Encones, son de lomás variopinto. Muchos de losarreglos son de Heifetz, cuya figuraplanea sobre toda la edición. Lavoz de Plácido Domingo intervieneen cinco de ¡as treinta y cincopropinas reunidas, y tambiénAndré Previn desempeña comopianista un papel destacado en elacompañamiento de piezas propias, deScott Joplin y otras.ConclusiónSi el repertorio interesa, no cabenreservas en la recomendación de estepopurrí de uno de los más grandes violinistasvivos. Con la mencionada excepciónen Bartók. en general el sonidooscila entre lo bueno y lo muy bueno.Alfredo Brolons Muñoz71