14.04.2017 Views

Delirium

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tiene de escuchar: me mira sin pestañear con sus ojos cálidos y brillantes, sin juzgarme nunca. Incluso en<br />

una ocasión me decido a contarle lo último que ella me dijo. De pronto, me dan ganas de llorar y él<br />

simplemente se sienta y me acaricia la espalda. Se me seca el llanto. La calidez de sus manos hace que se<br />

me quite.<br />

Y, por supuesto, nos besamos. Nos besamos tanto que cuando no nos estamos besando parece raro,<br />

como si ya me hubiera acostumbrado a respirar a través de sus labios y en su boca.<br />

Lentamente, a medida que nos sentimos más cómodos, también empiezo a explorar otras partes de su<br />

cuerpo. La delicada estructura de sus costillas bajo la piel, el pecho y los hombros, como piedra tallada,<br />

los suaves rizos de pelo claro en sus piernas, la forma en que su piel huele siempre un poco como el<br />

océano, bello y extraño. Y, lo más sorprendente, permito que él también me mire. Primero, solo dejo que<br />

me aparte un poco la ropa y que me bese en la clavícula y los hombros. Luego, admito que me quite la<br />

camiseta sacándola por la cabeza y que me tienda a la luz brillante del sol y me observe. La primera vez<br />

tiemblo. Deseo cruzar los brazos sobre el pecho, taparme, ocultarme. De repente soy consciente de lo<br />

pálida que estoy a la luz del sol y de cuántos lunares tengo, y sé que me está mirando y piensa que soy<br />

deforme o que me pasa algo malo.<br />

Pero después susurra: «Eres preciosa», y cuando sus ojos se juntan con los míos sé que es de verdad,<br />

que lo dice en serio.<br />

Esa noche, por primera vez en mi vida, me pongo delante del espejo del cuarto de baño y no veo a<br />

una chica del montón. Por primera vez, con el cabello recogido atrás y el camisón cayendo por un<br />

hombro y los ojos radiantes, creo lo que él ha dicho. Soy preciosa.<br />

Pero no soy solo yo. Todo es bello. El Manual de FSS dice que los deliria alteran la percepción,<br />

inutilizan la habilidad para razonar claramente, perjudican la capacidad para formular juicios sólidos.<br />

Pero no explica que el amor provoca que todo parezca maravilloso. Hasta el vertedero maloliente que<br />

brilla con el calor, un montón enorme de chatarra y plásticos que se funden, se vuelve exótico y<br />

prodigioso, como un mundo extraterrestre transportado a la Tierra. A la luz de la mañana, las gaviotas<br />

posadas en el tejado del ayuntamiento parecen haber sido pintadas con una gruesa capa de blanco,<br />

resplandecientes contra el pálido cielo azul. Creo que no he visto nunca nada tan bonito, tan nítido y tan<br />

claro en mi vida. Las tormentas de verano son increíbles: fragmentos de vidrio que caen, aire lleno de<br />

diamantes. El viento susurra el nombre de Álex y el océano lo repite; los árboles se balancean como si<br />

bailaran. Todo lo que veo y toco me recuerda a él, y así, todo lo que toco y veo es perfecto.<br />

El Manual de FSS no menciona tampoco la forma en que el tiempo comienza a huir.<br />

El tiempo salta. Brinca. Se escapa como el agua entre los dedos. Cada vez que bajo a la cocina y veo<br />

que el calendario ha saltado otro día, me niego a creerlo. Me va creciendo en el estómago una sensación<br />

de náusea, un peso que se hunde cada vez más.<br />

Treinta y tres días hasta la operación. Treinta y dos días. Treinta días.<br />

Y entre medias, instantáneas, momentos, meros segundos. Álex que me echa helado de chocolate en la<br />

nariz cuando me quejo de que tengo mucho calor, el zumbido pesado de las abejas que dan vueltas por<br />

encima de nosotros en el jardín, una hilera de hormigas que desfila silenciosamente sobre los restos de<br />

nuestro picnic, sus dedos en mi pelo, la curva de su codo bajo mi cabeza, su deseo susurrado: «Ojalá<br />

pudieras quedarte conmigo», mientras otro día se desangra por el horizonte, rojo, rosa y oro. Miramos al<br />

cielo e inventamos formas para las nubes: una tortuga con sombrero, un topo que lleva un calabacín, un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!