You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
—Tengo que irme —consigo decirle a Hana. Algo es algo.<br />
—¿Irte? —arruga la frente—. ¿Has venido hasta aquí a pie?<br />
—He venido en bici.<br />
—Da igual. ¿Has venido hasta aquí en bici y te vas a ir ya?<br />
Busca mi mano, pero me cruzo de brazos rápidamente para evitarla. Por un momento parece dolida.<br />
Yo finjo que tiemblo para que no se sienta mal, preguntándome por qué me cuesta tanto hablar con ella.<br />
Es mi mejor amiga, la chica que conozco desde segundo, la que compartía sus galletas conmigo a la hora<br />
de la comida y la que una vez le dio un puñetazo en la cara a Julian Dawson cuando dijo que mi familia<br />
estaba contaminada.<br />
—Estoy cansada —digo—. Y no debería estar aquí.<br />
Lo que quiero decir es: «Tú tampoco deberías estar aquí», pero me detengo.<br />
—¿Has escuchado al grupo? Son espectaculares, ¿verdad?<br />
Está siendo demasiado formal, no le pega nada, y eso me produce un dolor agudo y profundo bajo las<br />
costillas. Está intentando ser amable. Se comporta como si fuéramos extrañas. Ella también nota la<br />
incomodidad entre nosotras.<br />
—Yo… yo no estaba escuchando.<br />
Por alguna razón no quiero que Hana sepa que sí, que lo he escuchado y que me han parecido<br />
increíbles, más que espectaculares. Es algo demasiado personal, incluso embarazoso, algo de lo que me<br />
avergüenzo. Y a pesar de que he recorrido todo el camino hasta la granja Roaring Brook y he violado el<br />
toque de queda solo para verla y pedirle disculpas, vuelvo a sentir lo que sentí antes. Ya no la conozco y<br />
ella realmente no me conoce a mí.<br />
Estoy acostumbrada a la sensación de doblez, a pensar una cosa y hacer otra, a un continuo tira y<br />
afloja. Pero, de algún modo, ella ha caído limpiamente en la otra mitad, el otro mundo, el mundo de<br />
pensamientos, cosas y personas innombrables.<br />
¿Es posible que durante todo este tiempo yo haya estado viviendo mi vida, estudiando para los<br />
exámenes, corriendo con Hana, mientras este otro mundo también existía, en paralelo y por debajo del<br />
mío, vivo, listo para salir a escondidas de las sombras y de los callejones en cuanto se pone el sol?<br />
Fiestas ilegales, música no aprobada, gente que se roza sin miedo a la enfermedad, sin miedo a sí<br />
mismos.<br />
Un mundo sin miedo. Imposible.<br />
Y aunque me encuentro en medio de la mayor multitud que he visto en mi vida, me siento<br />
completamente sola.<br />
—Quédate —dice Hana suavemente. Aunque es una orden, hay cierta vacilación en su voz, como si<br />
estuviera haciendo una pregunta—. Aún puedes ver la segunda parte.<br />
Muevo la cabeza. Ojalá no hubiera venido. Ojalá no hubiera visto nada de esto. Ojalá no supiera lo<br />
que sé en este momento, ojalá pudiera levantarme mañana y coger la bici hasta su casa, tumbarnos juntas<br />
en Eastern Prom y quejarnos de lo aburridos que son los veranos, como hacemos siempre. Ojalá pudiera<br />
creer que nada ha cambiado.<br />
—Me voy —digo deseando que no me tiemble la voz—. Pero no importa. Tú puedes quedarte.<br />
En cuanto lo digo me doy cuenta de que ella no se había ofrecido a volver conmigo. Me mira con la<br />
más extraña mezcla de compasión y arrepentimiento.