Instituto de Educación Superior Pedagógico Público “Huancavelica”

El fenómeno de sustitución lingüística, entendido como el desplazamiento gradual de un
idioma por otro, se manifiesta en aspectos tales como: progresivo empobrecimiento del sistema
flexivo quechua, incorporación de la flexión de género y de número del castellano, paulatina
incorporación de sufijos castellanos con modificación simultánea de la raíz quechua, inversión del
orden: Elemento Modificador-Elemento Modificado, incorporación definitiva de las vocales
castellanas, introducción de préstamos castellanos en competencia con voces quechuas aún
vigentes, etc.
Aún no se realiza actividades de mantenimiento y revitalización del idioma por falta de una
planificación lingüística; ni mucho menos se intentar revertir el proceso de desplazamiento
lingüístico.
El sistema educativo, que tiene la llave para revertir (o acelerar, como desdichadamente está
ocurriendo) el proceso de desplazamiento lingüístico, no responde a la demanda del mantenimienro
y revitalización de nuestra lengua materna.
Este hecho nos lleva a plantear que es necesario, entre otros aspectos:
1º. Trabajar con los docentes quechuahablantes y con aquellas personas, también
quechuahablantes, que sean referentes de la comunidad, que estén dispuestos a constituirse
en líderes y/o formar líderes comunales bilingües, capaces de articular acciones tendientes a
sensibilizar a la comunidad quechuahablante, y luego a la sociedad en su conjunto, sobre la
necesidad de adoptar una actitud positiva hacia la lengua y apoyar los esfuerzos de
mantenimiento y revitalización o desarrollo de la misma.
2º. Con los docentes bilingües elaborar y ejecutar proyectos de mantenimiento y revitalización del
idioma que puedan ser replicados en otras localidades. Dichos proyectos podrían iniciarse con
talleres y jornadas de estudio y discusión que cuenten con la participación no sólo de docentes
interesados en la temática sino también autoridades comunales y niños quechuahablantes.
Actividades, organizadas desde la comunidad y para la comunidad que permitiría ejercer una
presión sobre las autoridades hasta lograr la decisión política de introducir al quechua
formalmente en el sistema educativo, reconociendo el derecho de la comunidad a ser
alfabetizada en su lengua materna e instrumentando las medidas necesarias para que esto sea
una realidad y no una mera declaración.
3º. Existe también la necesidad de aumentar el prestigio del quechua ante la sociedad dominante y
esto sólo ocurrirá cuando tenga en el sistema educativo el mismo estatus que el castellano.
Aunque parezca una obviedad, es necesario insistir en que la visión y la actitud de las
sociedades dominante cambien y establecer
ámbitos y estrategias diferentes de trabajo.
Es una necesidad realizar una planificación
lingüística que conduzca a la estandarización
de la lengua pero no como resultante de una
decisión ministerial sino producto de una
acción consensuada con la comunidad
quechuahablante a la que se la haya
permitido participar en la definición de los
lineamientos de la política gubernamental.
4º. La escuela debe ser un centro de conservación y valoración de pautas culturales, un lugar de
reunión de los miembros de la comunidad, un centro de rescate de valores culturales
ancestrales y las lenguas originarias. Según Taipe Campos (1998: 26): ―Debemos tener
presente que la escuela, mal que bien, es un lugar por el cual pasa la mayoría de la población
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