Jahresschrift - Würzburger Dolmetscherschule

El segundo y tercer día quedamos delante de la
Zehntscheune a las 7 para ayudar de nuevo y disfrutar
junto con el público el concierto de Eduardo
Rebollar, guitarrista flamenco muy conocido, y
Gema Jiménez, cantadora con una voz fenomenal.
Estas noches la actuación no fue acompañada de
baile, pero no fue necesario en ningún momento.
El talento de Eduardo y de Gema fueron un placer
insuperable para los sentidos. Y se dice que lo más
importante del flamenco es la guitarra y la canción.
Quiero referirme de nuevo al saber de los dos haciendo
las noches perfectas. Es que nunca he visto a
alguien tocar la guitarra como lo hizo Eduardo. Las
emociones que se podían ver en su cara se transmitieron
a sus manos y así a la guitarra y se podía
sentirlas extendiéndose en la sala, igual que la voz
de Gema. Llena de emoción y conmovedora. Y esto
quiere decir algo cuando yo lo digo. Normalmente
no me gusta si una mujer canta. No puedo decir el
porqué, solo sé que ésta sí me gustó. En toda mi
colección de música un 5 % de las canciones son de
una mujer o incluso menos dado que no escucho
todo lo que tengo.
En estas noches fue diferente.
Al final la tarea reconocida de llevar las flores para
Gema y un vino para Eduardo fue de Sarah que la
superó con bravura.
Melanie Sulzbacher, BFS II Spanisch
El 4 de abril, el último día, fue un día muy especial
para los aficionados al flamenco. Fue el día del último
concierto de los artistas flamencos y el más
grande de todas las actuaciones, por eso tuvo lugar
en el teatro de Würzburgo. A las siete de la tarde
Ana, Sarah, Melanie y yo quedamos delante del teatro
para ver la actuación y ayudar a los artistas. Nos
vestimos de forma elegante, así como las otras 800
personas que visitaron a estos famosos y excelentes
artistas de flamenco: a Vicky Barea con su grupo.
Después de ver la actuación, Melanie y yo tuvimos
una tarea muy especial: dar las flores a los artistas
como regalo por su actuación en el festival. Estábamos
muy nerviosas. Tuvimos que subir al escenario
junto con el alcalde, darles las flores a los artistas
y, como es costumbre en España, les dimos dos besitos
en cada mejilla. Después de la actuación, nos
quedamos a comer con Vicky y su grupo en un restaurante
italiano, para celebrar el éxito del baile.
Ha sido una experiencia maravillosa para nosotras
ver cómo funciona un festival y conocer a los artistas:
son muy amables y ni son creídos ni arrogantes
como se podría pensar. Si tenemos tiempo el año
que viene, ¡volveríamos a participar en el festival
sin falta!
Rebecca Rottmann, BFS II Spanisch
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