Sin tierras no hay Paraíso
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Caciquismo y resistencia ...<br />
forma en 1973. Para entonces, el grupo de ejidatarios de dotación que mantenían<br />
una actitud crítica hacia el cacicazgo local, en conjunto con un número<br />
significativo de los nuevos ejidatarios de ampliación, entre quienes destacaban<br />
Andrés Vargas y Asención Rosas, encontraron en José Godínez -también ejidatario<br />
pero quien se había criado con la poderosa familia jalisciense de los<br />
Zu<strong>no</strong>- la vía de acceder sin problemas a los créditos necesarios para dar inicio<br />
a una pesca organizada para el mercado (Ramírez, 1989).<br />
La posibilidad de acceder a una fuente de ingresos alejada del poder de<br />
sujeción política de los caciques, provocó entre la población un amplio interés<br />
por el proyecto cooperativista pesquero. De modo que tan pronto como les<br />
fue concedido el registro de la cooperativa, se dio inicio a un amplio proceso<br />
de capacitación de socios en el arte de la pesca a vista de costa, en tanto que<br />
la mayoría de ellos únicamente habían practicado la pesca con anzuelo y atarraya,<br />
en el río o en el mar. Rápidamente, la cooperativa pesquera comenzó a<br />
explotar de manera colectiva los recursos de la bahía de Tenacatita en 1974,<br />
hasta representar durante sus primeros diez años de vida, la posibilidad de<br />
crear una fuente de empleo independiente del control caciquil del grupo dominante<br />
del ejido.<br />
Un par de socios que años atrás habían aprendido todo lo relacionado con<br />
la pesca a vista de costa en So<strong>no</strong>ra, fueron los elegidos para encargarse de la<br />
formación de sus compañeros a lo largo de los primeros años de la organización.<br />
En este periodo se consolidó un solidario grupo de pescadores entre los<br />
que prevalecían las relaciones de igualdad, y que conformados en cooperativa<br />
accedieron a los créditos que el gobier<strong>no</strong> otorgaba para la compra de pangas<br />
de fibra de vidrio, motores y equipos de pesca. Durante el apogeo de la organización<br />
cooperativista, la nutrida participación política de los socios consiguió<br />
dotar al grupo del poder suficiente como para definir, gestionar y conducir los<br />
asuntos concernientes a la misma de manera independiente al sector dominante<br />
del ejido. De esta manera, la agrupación de pescadores incidió de forma<br />
directa sobre la realidad política, económica y social, para constituirse en un<br />
factor desestabilizador de las relaciones sociales a nivel local (Ibarra, 2001).<br />
En este sentido, destaca el intento que los miembros de la cooperativa -en<br />
su mayoría ejidatarios de ampliación- llevaron a cabo, para solicitar la creación<br />
de dos núcleos ejidales, a partir de la separación de las <strong>tierras</strong> de ampliación y<br />
dotación a mediados de los años setenta. Dicha petición implicaba el que los<br />
ejidatarios de la ampliación pudieran constituir un ejido independiente con el<br />
fin de que pudieran tomar decisiones fuera de las relaciones de poder personal<br />
del sector dominante. En esta ocasión, Manuel González y Sabi<strong>no</strong> Barragán<br />
fueron los elegidos para dirigirse ante la Secretaría de la Reforma Agraria<br />
(SRA), para presentar formalmente la solicitud. <strong>Sin</strong> embargo, Rafael Torres y<br />
Filemón García -los líderes del grupo dominante del ejido- interceptaron al