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Guía para la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas en el cultivo de maní
Para describir el manejo de los suelos que se realiza en la explotación de maní, es bueno
siempre conocer aquella información básica sobre los suelos y sus características, por ejemplo:
De acuerdo al Volumen I, en su parte I del libro, Levantamiento de suelos de la región del
pacífico de Nicaragua, publicado en 1971 por la Dirección Ejecutiva de catastro del Ministerio
de Economía, Industria y Comercio y por el departamento de Suelos y dasonomía del
Ministerio de Agricultura y Ganadería de Nicaragua; los suelos de la unidad productiva El
Garrotazo corresponden a suelos francos y francos arcillosos, profundos a moderadamente
superficiales, bien drenados con una capa arable de aproximadamente 1.20 metros de
pendientes casi plana a moderadamente escarpados; óptimo pata el desarrollo de frutales,
oleaginosas, hortalizas (solanáceas) y granos básicos.
Estos suelos en un 80% corresponden a terrenos situados con pendientes livianas entre 2 al
10%, son terrenos muy sueltos y altamente laboreados, que es una situación que los expone a
la erosión, situación que es considerada como una de las principales amenazas en la pérdida del
alto contenido de materia orgánica y fertilidad que caracterizan a estos suelos. Es por ello que
en la mayoría de las unidades productivas se emplean métodos preventivos como el uso
barreras rompe vientos y cercas vivas y otras especies forestales alrededor de las áreas de
cultivo que reducen el impacto del viento y el agua reduciendo la erosión eólica e hídrica.
6.1.- Selección de terrenos de producción
Foto 1. Preparación de suelos para siembra de Maní.
Cortesía de Ing. Bismark Calero Coord. de Proyecto
Semilla de Central de Cooperativas del Campo. León –
Nic.
6.1.1.- Historial de la zona 8
Se deben seleccionar lotes de terrenos que cuenten
con un historial conocido, situados en áreas donde
no existan posibles fuentes de contaminación de
microorganismos, residuos químicos; de igual manera
se deben revisar los terrenos adyacentes,
considerando todas las medidas preventivas para
evitar cualquier tipo de contaminación.
Es importante tomar en cuenta las recomendaciones
del técnico de cada una de las fincas y llevar un
registro actualizado de los siguientes aspectos:
Es necesario tomar en cuenta el historial de uso en los terrenos en micro – zona para
identificar los principales cultivos a los cuales ha sido sometida la zona, su impacto ambiental y
riesgos de contaminación.
Históricamente, la zona de occidente de Nicaragua se ha caracterizado por ser una zona
productiva de granos básicos, soya, trigo, sorgo, banano, caña de azúcar, algodón y hoy se
practica la explotación de camarón de cultivo. En el caso de la producción de cacahuate o
maní, esta se desarrolla casi por excelencia en la región occidental del país, situada al oeste de
Nicaragua en la región del Pacífico del país y básicamente se sitúa en los departamentos de
8 Juárez Medina, Ricardo. (Manual de Buenas Prácticas Agrícolas para El Cultivo de Ajonjolí). 2008.p.31
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