REVISTA REAL CARD No. 5.pdf - Asociación de Investigación y ...
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Junio 2011<br />
Pero la tasa <strong>de</strong> participación femenina sigue siendo baja, sobre<br />
todo, en zonas rurales, para lo cual se conjugan factores como<br />
las pautas culturales, la ausencia <strong>de</strong> altemativas para el cuidado<br />
y la relativa escasez <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> empleo remunerado<br />
para mujeres (a veces exceptuando empleos temporales). Esto no<br />
excluye que, a menudo, se observen problemas <strong>de</strong> medición que<br />
inci<strong>de</strong>n en una subestimación <strong>de</strong> la participación laboral <strong>de</strong> las<br />
mujeres rurales.<br />
Por otra parte, pue<strong>de</strong> observarse un proceso <strong>de</strong> cambio sociocultural<br />
(en parte relacionado con los procesos <strong>de</strong> urbanización <strong>de</strong> las<br />
socieda<strong>de</strong>s latinoamericanas) que ha llevado a una marcada caída<br />
<strong>de</strong> las tareas <strong>de</strong> hogar, con más niti<strong>de</strong>z para las mujeres jóvenes.<br />
En efecto, entre inicios <strong>de</strong> los años 90 y mediados <strong>de</strong> la década <strong>de</strong><br />
2000, en el promedio <strong>de</strong> 15 países <strong>de</strong> la región, la proporción <strong>de</strong><br />
mujeres <strong>de</strong> entre 15 y 19 años que se <strong>de</strong>dican a éstas tareas ha<br />
bajado <strong>de</strong> 25,2% a 17,7% para el grupo <strong>de</strong> 15 a 19 años, y <strong>de</strong> 38,6%<br />
a 27,2% para el grupo <strong>de</strong> 20 a 24 años 19 .<br />
Sin embargo, cabe recordar que tener la posibilidad <strong>de</strong> insertarse<br />
en el mercado laboral, superando el obstáculo que signi can las<br />
obligaciones <strong>de</strong>l hogar, no implica que éstas obligaciones se estén<br />
distribuyendo <strong>de</strong> manera más equitativa, ya que las mujeres por lo<br />
general tienen que asumir una proporción marcadamente mayor<br />
<strong>de</strong>l trabajo en el hogar 20 . A<strong>de</strong>más, la persistencia <strong>de</strong> fenómenos<br />
como la elevada tasa <strong>de</strong> maternidad juvenil obstaculiza una<br />
transformación más acelerada.<br />
En resumen, respecto al primer tipo <strong>de</strong> exclusión –la <strong>de</strong> la fuerza<br />
laboral– se pue<strong>de</strong> constatar que persisten gran<strong>de</strong>s brechas<br />
que <strong>de</strong>sfavorecen a las mujeres, sobre todo a las <strong>de</strong> bajo nivel<br />
educativo. Estas brechas están relacionadas con el trasfondo<br />
familiar (ingresos, estructura <strong>de</strong>mográ ca), el nivel educativo y<br />
19 Cálculo <strong>de</strong>l autor con base en un procesamiento especial <strong>de</strong> las encuestas <strong>de</strong> hogares<br />
<strong>de</strong> los países.<br />
20 V., por ejemplo, Vivian Milosavljevic y O<strong>de</strong>tte Tacla: «Incorporando un módulo <strong>de</strong> uso<br />
<strong>de</strong>l tiempo alas encuestas <strong>de</strong> hogares: restricciones y potencialida<strong>de</strong>s», Serie Mujer y<br />
Desarrollo <strong>No</strong>. 83, Cepal, Santiago <strong>de</strong> Chile, 2007.