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el cristianismo y las grandes religiones de oriente - FUNDACIÓN ...

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<strong>de</strong> sí mismo; él hace que <strong>el</strong> mundo <strong>de</strong> los fenómenos <strong>de</strong>saparezca; es tranquilo y<br />

apacible, falto <strong>de</strong> dualidad. Así consi<strong>de</strong>ran que es. Es <strong>el</strong> Yo; él es <strong>el</strong> que ha <strong>de</strong> ser<br />

conocido.<br />

Y este «Yo,», tal como está aquí explícitamente <strong>de</strong>scrito, es Brahmán, y todas <strong>las</strong><br />

<strong>de</strong>más cosas son meras apariencias. Si todo esto es literalmente verdad, Dios mismo se<br />

convierte en algo irreal y por lo tanto sin ninguna importancia. Este <strong>de</strong>scubrimiento,<br />

inquietante para nosotros, lo tomaron en todo su rigor los hindúes d<strong>el</strong> periodo clásico,<br />

porque en <strong>el</strong> último estado <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> <strong>las</strong> tres castas superiores, cuando un hombre<br />

renunciaba a todas; <strong>las</strong> cosas y se retiraba al <strong>de</strong>sierto o a la jungla para realizar su<br />

«liberación» <strong>de</strong> este mundo <strong>de</strong> espacio y tiempo, explícitamente se le enseñaba que<br />

tenía que abandonar todas <strong>las</strong> prácticas r<strong>el</strong>igiosas, porque si realmente había caído en<br />

la cuenta <strong>de</strong> que él mismo era <strong>el</strong> Uno sin posibilidad alguna <strong>de</strong> otro, <strong>de</strong> poco serviría<br />

rendir homenaje a un Dios que no era más que una apariencia <strong>de</strong> sí mismo. Ésta era,<br />

con todo, una <strong>de</strong> <strong>las</strong> muchas interpretaciones que se le daban a esa experiencia.<br />

La visión d<strong>el</strong> mundo d<strong>el</strong> Samkhya-Yoga era completamente diferente. Para <strong>el</strong>los.,<br />

<strong>el</strong> mundo estaba claramente dividido entre lo que llamaban los purushas y los prakriti.<br />

Los purushas eran almas eternas, «trascen<strong>de</strong>ntes», cuyo ser real estaba fuera d<strong>el</strong><br />

tiempo; los prakriti son la naturaleza, es <strong>de</strong>cir, todo <strong>el</strong> mundo fenomenal incluyendo <strong>el</strong><br />

pensamiento y lo que nosotros en occi<strong>de</strong>nte llamamos «alma» y <strong>el</strong>los <strong>de</strong>nominan buddhi,<br />

la facultad por la que pensamos y queremos. Por razones inexplicables, <strong>las</strong> dos categorías<br />

se mezclaron inextricablemente, y <strong>el</strong> resultado <strong>de</strong> esta fusión fue <strong>el</strong> ser humano.<br />

La mezcla, sin embargo, no es natural, y <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> hombre es simplemente <strong>el</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarraigar su alma eterna <strong>de</strong> la trama psicofísica con la que ordinariamente está<br />

i<strong>de</strong>ntificado. Existe una especie <strong>de</strong> Dios, pero no es creador d<strong>el</strong> universo aunque ejerce<br />

una supervisión general sobre <strong>el</strong> cosmos. Ese Dios es un alma trascen<strong>de</strong>nte o un «yo»<br />

como todas <strong>las</strong> otras almas, pero, a diferencia <strong>de</strong> éstas, es <strong>el</strong> único que nunca se ha<br />

mezclado con la materia. Uno <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> llegar a verificar la «unicidad» y <strong>el</strong><br />

«aislamiento» <strong>de</strong> nuestra propia alma es la <strong>de</strong> contemplar a Dios en su eterna<br />

aislamiento. La «liberación», por lo tanto, no es más que la verificación <strong>de</strong> la total simplicidad<br />

<strong>de</strong> la propia alma: no se trata <strong>de</strong> unión con Dios ni <strong>de</strong> amor por Él. ¿Cuál es la<br />

interpretación exacta <strong>de</strong> esa experiencia?<br />

El Bhagavad-Gita, <strong>el</strong> libro preferido <strong>de</strong> la escritura hindú, nos da la respuesta a<br />

esta pregunta, pero, antes <strong>de</strong> comenzar a <strong>de</strong>scribir la revolución r<strong>el</strong>igiosa ocasionada<br />

por este libro notable, tenemos que <strong>de</strong>cir dos palabras sobre los budistas y <strong>el</strong> modo<br />

como interpretan la experiencia mística.<br />

LA APARICIÓN DEL BUDISMO<br />

Los Upanishadas son tratados sobre Dios y <strong>el</strong> alma, sobre la «liberación» y <strong>el</strong><br />

cómo se ha <strong>de</strong> interpretar. El budismo primitivo, por <strong>el</strong> contrario, es totalmente empírico;<br />

no le interesan ni la metafísica ni la especulación; su interés está centrado en mostrarle<br />

al hombre <strong>el</strong> camino que ha <strong>de</strong> seguir para salir <strong>de</strong> su condición humana y entrar en <strong>el</strong><br />

estado en <strong>el</strong> que, como, dice Tennyson, «la muerte es una ridícula imposibilidad». A ese<br />

estado se le llama nirvana, que literalmente significa «<strong>el</strong> apagamiento» <strong>de</strong> una llama. En<br />

ese estado no hay nacimiento, ni muerte, ni tiempo, ni pensamiento discursivo; es un<br />

estado sin dolor y puro, la cesación <strong>de</strong> todo acontecer. Queda <strong>de</strong>scartada toda posibilidad<br />

<strong>de</strong> unión con Brahman -la misma i<strong>de</strong>a es ridiculizada - ni <strong>de</strong> comunión con ningún<br />

otro ser; no se trata <strong>de</strong> amor, porque <strong>el</strong> mismo amor, como su contrario, <strong>el</strong> odio, son<br />

con<strong>de</strong>nados junto con todas <strong>las</strong> otras pasiones y todos los <strong>de</strong>más pares <strong>de</strong> contrarios.<br />

Como en otras tradiciones místicas, <strong>el</strong> budista insiste en <strong>el</strong> completo distanciamiento <strong>de</strong><br />

todas <strong>las</strong> cosas, porque sólo apartándose <strong>de</strong> lo temporal se pue<strong>de</strong> alcanzar lo eterno.<br />

El budismo primitivo ni siquiera intenta interpretar la experiencia <strong>de</strong> la eternidad<br />

como hicieron <strong>las</strong> escu<strong>el</strong>as filosóficas hindúes; más bien <strong>el</strong> Buda se presenta como un<br />

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