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el cristianismo y las grandes religiones de oriente - FUNDACIÓN ...

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<strong>el</strong> «pueblo <strong>de</strong> Mahoma» bajo, <strong>el</strong> único Dios, creador d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y <strong>de</strong> la tierra, <strong>el</strong> piadoso, <strong>el</strong><br />

apiadable.<br />

El ritual, como todos sabemos, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>generar en un mero formulismo, y este ha<br />

sido siempre un p<strong>el</strong>igro en <strong>el</strong> Islam. Hay, a<strong>de</strong>más, cierta rigi<strong>de</strong>z que quizá paralizó, <strong>el</strong><br />

tremendo vigor <strong>de</strong>mostrado durante <strong>el</strong> primer siglo <strong>de</strong> la conquista d<strong>el</strong> mundo. Pero,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los días gloriosos <strong>de</strong> los cuatro primeros califas ortodoxos, <strong>el</strong> inmenso,<br />

imperio que los musulmanes habían conquistado infectó su primitiva fe, excepto quizás<br />

en la misma Arabia, con un espíritu mundano, <strong>el</strong> inevitable precio que ha <strong>de</strong> pagar toda<br />

r<strong>el</strong>igión que se mezcle con <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r temporal. El Islam, por lo tanto, hubiese muerto <strong>de</strong><br />

pura inanición espiritual, si no lo hubiera salvado, aun luchando contra la voluntad <strong>de</strong> los<br />

teólogos y juristas oficiales, <strong>el</strong> movimiento que pretendía buscar a Dios no tanto en <strong>las</strong><br />

oraciones rituales y en los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>beres obligatorio para todos los sinceros creyentes,<br />

sino en la intimidad d<strong>el</strong> corazón humano. A este movimiento se le conoce con <strong>el</strong> nombre<br />

<strong>de</strong> sufismo».<br />

Se ha discutido muchísimo sobre los orígenes d<strong>el</strong> sufismo, y sobre si fue un<br />

fenómeno puramente musulmán o si estuvo influido por <strong>el</strong> <strong>cristianismo</strong>, <strong>el</strong> hinduismo, <strong>el</strong><br />

budismo o <strong>el</strong> neoplatonismo, o por todos juntos. En estos últimos años, algunos investigadores<br />

cristianos <strong>de</strong> mucho prestigio y con mayor caridad han tendido a sostener que<br />

todo lo esencial d<strong>el</strong> sufismo se pue<strong>de</strong> encontrar en <strong>el</strong> Corán y en <strong>las</strong> tradiciones d<strong>el</strong><br />

profeta. En esto, siguen a los mismos sufíes, quienes, al acusárs<strong>el</strong>es <strong>de</strong> ser<br />

criptocristianos, no perdonaron esfuerzos para <strong>de</strong>mostrar que todas sus enseñanzas,<br />

que parecían nuevas y revolucionarias, se encontraban <strong>de</strong> hecho en germen en <strong>el</strong> Corán<br />

y en <strong>las</strong> tradiciones. El centro <strong>de</strong> su doctrina era que Dios se <strong>de</strong>bía encontrar en <strong>el</strong><br />

corazón humano y que se ha <strong>de</strong> buscar y amar tal como en su adorable esencia, con<br />

exclusión <strong>de</strong> todas <strong>las</strong> cosas creadas.<br />

El Islam ortodoxo, que en un principio mantuvo fraternales r<strong>el</strong>aciones con los<br />

cristianos a los que les había conquistado <strong>las</strong> tierras, se separó, cada vez más<br />

abiertamente d<strong>el</strong> <strong>cristianismo</strong> ortodoxo a medida que <strong>el</strong> dogma musulmán se hacía más<br />

rígido. Los muchos puentes que <strong>de</strong>jaba subsistir <strong>el</strong> Corán fueron <strong>de</strong>rrumbándose al<br />

correr <strong>de</strong> los tiempos. Al mismo Corán se le <strong>el</strong>evó a la suprema dignidad <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong><br />

Dios hecha Libro, en contra <strong>de</strong> Jesucristo, la palabra <strong>de</strong> Dios hecha hombre. De igual<br />

manera, la ortodoxia no vio con muy buenos ojos <strong>el</strong> gran mandamiento que Dios le había<br />

dado a Isra<strong>el</strong> y en <strong>el</strong> que Jesús <strong>de</strong>cía que se contenía toda la ley y los profetas:<br />

«Escucha, Isra<strong>el</strong>: <strong>el</strong> Señor nuestro Dios es uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu<br />

corazón, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza.» El Islam tomó la primera parte <strong>de</strong><br />

este mandamiento con fervoroso, entusiasmo, haciendo <strong>de</strong> <strong>el</strong>la <strong>el</strong> pivote <strong>de</strong> su fe. Pero<br />

<strong>el</strong> <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> amar a Dios, que nunca se enuncia claramente en <strong>el</strong> Corán, no lo podían<br />

aceptar, porque les parecía una presunción. Es algo impío comparar a Dios con<br />

cualquier cosa creada, porque Él solo es <strong>el</strong> Eterno, y «toda cosa es perece<strong>de</strong>ra menos<br />

su faz». No pue<strong>de</strong> haber comunicación entre <strong>el</strong> Eterno y lo, perece<strong>de</strong>ro, entre <strong>el</strong> Creador<br />

y la criatura. Pero los sufís respondían que no era esa toda la real situación; porque, <strong>de</strong><br />

la misma manera que en <strong>el</strong> Corán había pasajes que suponían que la voluntad d<strong>el</strong><br />

hombre era libre en contra <strong>de</strong> otros pasajes en los que se proclamaba que no<br />

conociendo trabas la voluntad <strong>de</strong> Dios, guía a quien quiere y <strong>de</strong>scarría a quien quiere, <strong>de</strong><br />

igual modo nos encontramos en <strong>el</strong> Corán con pasajes que ponen <strong>de</strong> r<strong>el</strong>ieve la<br />

proximidad <strong>de</strong> Dios con <strong>el</strong> hombre y su amor por él.<br />

¿No se le llama Al-Wudud, «<strong>el</strong> amante»? ¿Y no ha dicho Dios en su Libro (3, 29):<br />

«Di: Si amáis a Alá, entonces seguidme y os amará a vosotros Alá, y os perdonará<br />

vuestras culpas; Alá es perdonador, compasivo»? ¿Hay realmente un abismo entre Alá y<br />

sus criaturas? Si realmente fuera así, ¿cómo se tendrían que interpretar estos versos d<strong>el</strong><br />

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