el cristianismo y las grandes religiones de oriente - FUNDACIÓN ...
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<strong>de</strong> la tradición ortodoxa islámica. Hay una posibilidad <strong>de</strong> diálogo y, por lo tanto, una<br />
posibilidad <strong>de</strong> mutua comprensión. Vamos ahora a esbozar <strong>las</strong> principales doctrinas d<strong>el</strong><br />
Islam y a seguir brevemente su <strong>de</strong>sarrollo en la historia.<br />
DIOS, EL JUICIO, EL CIELO Y EL INFIERNO<br />
En <strong>el</strong> correr <strong>de</strong> los tiempos <strong>el</strong> Islam formuló, diversos credos, como hizo también <strong>el</strong><br />
<strong>cristianismo</strong>, pero nunca tuvieron la fuerza obligatoria <strong>de</strong> los credos cristianos. Lo único<br />
que se le exige <strong>de</strong> una manera absoluta al musulmán es que pronuncie <strong>el</strong> Shahada, <strong>el</strong><br />
«testimonio» que proclama su fe en <strong>el</strong> único Dios y en Mahoma, su profeta: «Juro que no<br />
hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta.» Esto basta para que un hombre sea<br />
musulmán. La esencia <strong>de</strong> esta fe, sin embargo, está contenida en la Fatiha, <strong>el</strong> primer<br />
capítulo d<strong>el</strong> Corán:<br />
En <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong> Alá, <strong>el</strong> piadoso, <strong>el</strong> compasivo. La loanza a Alá, señor <strong>de</strong> los mundos.<br />
El piadoso, <strong>el</strong> compasivo, Rey en <strong>el</strong> día d<strong>el</strong> juicio. A ti adoramos; <strong>de</strong> ti imploramos ayuda.<br />
Guíanos por <strong>el</strong> camino recto, <strong>el</strong> camino <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>los a los que concediste gracias, No <strong>de</strong><br />
los que provocaron tu, ira, ni <strong>de</strong> los extraviados.<br />
El Dios d<strong>el</strong> Islam es sustancialmente <strong>el</strong> Dios d<strong>el</strong> Antiguo Testamento. Es uno, y<br />
totalmente trascen<strong>de</strong>nte: nunca se, le nombra como Padre, y los hombres, por lo tanto,<br />
no pue<strong>de</strong>n ser sus «hijos», ni siquiera por adopción. Es Señor absoluto, y <strong>el</strong> hombre es<br />
su esclavo o siervo. No hay nada eterno sino Él, porque «toda cosa es perece<strong>de</strong>ra<br />
menos su faz» (28, 88).<br />
Es <strong>el</strong> Dios viviente, que subsiste por sí mismo, glorioso y santo. Es <strong>el</strong> Piadoso, <strong>el</strong><br />
Apiadable, y se insiste constantemente en este aspecto, <strong>de</strong> su naturaleza divina, porque<br />
prácticamente cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> azoras d<strong>el</strong> Corán comienzan con estas palabras: «En <strong>el</strong><br />
nombre <strong>de</strong> Alá, <strong>el</strong> piadoso, <strong>el</strong> compasivo.» Al mismo tiempo es <strong>el</strong> Po<strong>de</strong>r omnipotente: es<br />
<strong>el</strong> Creador, y, cuando quiere que exista una cosa, simplemente dice: «Sea», y es. Es <strong>el</strong><br />
Remunerador, <strong>el</strong> Juez y <strong>el</strong> Vengador, <strong>el</strong> que da la vida y la muerte, piadoso para con los<br />
que creen, pero terrible en su ira contra los incrédulos.<br />
La visión d<strong>el</strong> día d<strong>el</strong> juicio, que para Mahoma como para los primeros cristianos iba a<br />
llegar <strong>de</strong> un momento a otro, posiblemente durante su misma vida, se repite una y otra<br />
vez en <strong>el</strong> Corán como un refrán sombrío y terrible. Se le cita con diferentes nombres: <strong>el</strong><br />
día d<strong>el</strong> juicio, <strong>de</strong> <strong>las</strong> cuentas, <strong>de</strong> la separación, <strong>el</strong> día <strong>de</strong> la compasión, <strong>el</strong> día <strong>de</strong> la resurrección<br />
y d<strong>el</strong> <strong>de</strong>spertar, o, simplemente, la Hora:<br />
Pero cuando soplen en la trompeta un solo toque,<br />
y sea levantada la tierra y los montes, y sean hechos polvo con un solo golpe,<br />
Entonces ocurrirá lo que ha <strong>de</strong> ocurrir.<br />
Y se rajará <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, pues entonces será quebradizo.<br />
Y los áng<strong>el</strong>es estarán en sus bor<strong>de</strong>s, y entonces sobre <strong>el</strong>los levantarán ocho <strong>el</strong> trono<br />
<strong>de</strong> tu Señor,<br />
Aqu<strong>el</strong> día seréis llevados ante él; ninguno <strong>de</strong> vuestros actos secretos quedará oculto.<br />
Pero aqu<strong>el</strong> a quien se habrá dado su Libro en su diestra, dirá: « ¡He aquí! Leed mi<br />
Libro.<br />
Yo sabía en verdad que había <strong>de</strong> dar mi cuenta.» Y él estará en una vida placentera,<br />
En un jardín <strong>el</strong>evado, Sus frutos, al alcance; «Comed y bebed gozosos, por lo que<br />
anticipasteis en los días pasados.»<br />
Pero aqu<strong>el</strong> a quien pusieron su Libro en su izquierda, dirá: ¡Ay! Ojala yo no hubiera<br />
recibido mi Libro, Y no supiera cuál es mi cuenta.<br />
Ojala hubiera terminado todo con mi muerte. No me valen mis bienes.<br />
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