el cristianismo y las grandes religiones de oriente - FUNDACIÓN ...
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nicos tar<strong>de</strong> o temprano tenía que provocar un movimiento <strong>de</strong> alejamiento y aun <strong>de</strong><br />
hostilidad contra <strong>el</strong> <strong>cristianismo</strong> en todas sus manifestaciones.<br />
NEO-VEDANTA: RAMAKRISHNA Y VIVEKANANDA<br />
Al principio <strong>de</strong> este capítulo hemos tenido ocasión <strong>de</strong> mencionar <strong>el</strong> Vedanta no<br />
dualista. Esta escu<strong>el</strong>a <strong>de</strong> filosofía, cuyo mayor exponente fue <strong>el</strong> gran filósofo d<strong>el</strong> siglo<br />
IX, Shankara, sostenía que la experiencia <strong>de</strong> la infraccionable unicidad que la<br />
meditación d<strong>el</strong> Yoga podía producir significaba que la esencia más íntima d<strong>el</strong> hombre,<br />
su Atman o yo trascen<strong>de</strong>nte, era idéntica a Brahman, <strong>el</strong> Absoluto, y fundamento d<strong>el</strong><br />
universo: fuera <strong>de</strong> este Brahman-Atman no existía realmente nada más. En lo que<br />
hace a Dios, en cuanto era creador d<strong>el</strong> mundo y estaba, por tanto, envu<strong>el</strong>to en <strong>el</strong><br />
proceso temporal, siendo distinto d<strong>el</strong> único Brahman-Atman (que está fuera d<strong>el</strong><br />
tiempo), <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la Realidad absoluta no podía ser más que una<br />
ilusión o, a lo sumo, una «apariencia».<br />
Los primitivos movimientos <strong>de</strong> reforma, aunque habían rechazado la teología<br />
cristiana, aceptaron sin embargo una concepción monoteísta más que panteísta o<br />
monista: intentaron reformar al hinduismo según <strong>las</strong> líneas protestantes cristianas.<br />
Pero a mediados d<strong>el</strong> siglo XIX apareció una figura que iba a inyectar en <strong>el</strong> hinduismo<br />
nuevas energías y confianza en sí mismo, y cuyos discípulos, por primera vez en la<br />
historia, iban a propagar por todas partes sus enseñanzas más esotéricas. Éste fue<br />
Ramakrishna Paramahamsa.<br />
Durante <strong>el</strong> gran período <strong>de</strong> la filosofía india, los representantes <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />
principales escu<strong>el</strong>as solían enzarzarse en apasionadas polémicas. Ramakrishna<br />
cambió, por completo <strong>el</strong> clima d<strong>el</strong> hinduismo. Irritado, como la mayoría <strong>de</strong> los hindúes<br />
por <strong>las</strong> pretensiones d<strong>el</strong> <strong>cristianismo</strong> a la exclusividad, se vengó no con<strong>de</strong>nando al<br />
<strong>cristianismo</strong>, sino proclamando que todas <strong>las</strong> r<strong>el</strong>igiones eran verda<strong>de</strong>ras, cada una a<br />
su modo. Ramakrishna, sin embargo, era un visionario, y sus visiones variaban según<br />
la compañía que lo asistía. Entre los hindúes experimentaba, o <strong>de</strong>cía que<br />
experimentaba, la presencia <strong>de</strong> Krishna o Rama; cuando estaba entre los<br />
musulmanes <strong>de</strong>cía que había tenido una visión <strong>de</strong> Mahoma, mientras que un estudio<br />
sobre <strong>el</strong> Nuevo Testamento le inducía a tener una visión <strong>de</strong> Cristo. Todas esas<br />
visiones, pensaba, manaban <strong>de</strong> la misma fuente; <strong>las</strong> diferencias eran superficiales. El<br />
<strong>cristianismo</strong>, como <strong>las</strong> <strong>de</strong>más r<strong>el</strong>igiones, era uno <strong>de</strong> tantos caminos, y, en su lugar<br />
propio, un camino muy bueno, pero era muy discutible que <strong>el</strong> lugar propio d<strong>el</strong><br />
<strong>cristianismo</strong> fuera la sagrada tierra <strong>de</strong> la India.<br />
Ramakrishna era especialmente <strong>de</strong>voto <strong>de</strong> la diosa Kali, la terrible consorte <strong>de</strong><br />
Shiva, que era y es la más adorada en su Bengala natal. Había tenido muchas<br />
visiones <strong>de</strong> <strong>el</strong>la y su <strong>de</strong>voción alcanzaba los límites <strong>de</strong> una obsesión. Pero como se<br />
había educado en <strong>el</strong> Vedanta no dualista, estaba persuadido <strong>de</strong> que todas sus<br />
visiones, y la misma diosa a la que llamaba la Madre Divina, eran mucho menos que<br />
la suprema Verdad. Si esta suprema Verdad podía realmente alcanzarse, habría que<br />
<strong>el</strong>iminar la misma Madre Divina junto con todo lo <strong>de</strong>más que no fuera <strong>el</strong> Uno. Para<br />
experimentar al Uno que es él solamente, se <strong>de</strong>ben <strong>el</strong>iminar aun <strong>las</strong> más sublimes<br />
apariencias. Y así cuentan que <strong>de</strong>cía Ramakrishna: «Con férrea <strong>de</strong>terminación me<br />
senté <strong>de</strong> nuevo, a meditar, y tan pronto como apareció ante mí la graciosa forma <strong>de</strong> la<br />
Madre Divina, empleé mi discriminación como una espada y con <strong>el</strong>la la dividí en dos.<br />
Ya no quedaba otra obstrucción para mi mente, que al instante se remontó d<strong>el</strong> plano<br />
r<strong>el</strong>ativo, y me perdí en <strong>el</strong> samadhi [trance).»<br />
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