Untitled - Defensor del Pueblo

cuarenta y seis
Derechos Humanos y Asamblea Constituyente, tomar el cielo por asalto
en algunos casos, mediante el derecho a la participación política a través de
representantes o de manera directa y en algunos extremos, mediante el
reconocimiento de usos costumbres, no sólo a nivel local-comunitario, sino
aplicable a otros niveles de cualidad gubernativa (por ejemplo municipal y
departamental, según algunas propuestas).
Al respecto, las demandas pretenden sustentar la participación social y al
reconocimiento de la igualdad de los miembros de la comunidad en la toma de
decisiones colectivas, como los contenidos sustanciales de la democracia. Este
último punto caracteriza a este eje discursivo, a esta propuesta en construcción:
dotar de sustancialidad a la democracia, como espacio de indeterminación del
significante para una progresiva construcción social del espacio político de debate.
Para que sea posible la democracia, como un régimen social de coexistencia de
las diferencias, es necesario pensar el gobierno o el espacio del régimen político de
una sociedad democrática como un espacio vacío que podría ser ocupado temporalmente
por algunos ciudadanos alternándose y compartiendo ese ejercicio del poder político,
pensar alternativas por ejemplo, a los partidos políticos tradicionales o aceptar como
formas de cogobierno a los usos y costumbres.
En el sentido del párrafo anterior las demandas democráticas contienen
dos tipos de argumentos:
a) los dirigidos a vaciar el poder público de todo o cualquier referente
preestablecido por un sujeto (persona), verdad (argumentos) o norma
(leyes) como únicos y últimos y,
b) los que buscan afirmar un marco institucional de gobierno que facilite
las garantías de los derechos colectivos e individuales, en base al
reconocimiento de la condición de igualdad formal y sustancial de los
miembros de la comunidad política mediante la ciudadanía y en algunos
casos la ciudadanía diferenciada.
Sin embargo, el marco gravitante de la democracia es el de encontrar los
canales institucionales para su ejercicio sustancial (participación efectiva desde
la diferencia), es decir que las posturas de una simple democracia procedimental
se inscriben en el espacio de la querella, como se apunta en el inciso a) del
presente párrafo.