Untitled - Defensor del Pueblo

La política consiste siempre en un domesticar la hostilidad y en tratar de
neutralizar el antagonismo potencial que acompaña toda construcción de
identidades, pues como se señaló anteriormente la identidad se construye sobre
la base de una exclusión y en este caso el cierre de la crisis social puede consistir
en un conjunto de prácticas y criterios por medio de los cuales una de las
corrientes monopoliza el acceso a un determinado conjunto de oportunidades
de vida, excluyendo a la otra corriente, generando la estigmatización política.
El estigma es una forma de desconocimiento y negación de la igualdad humana;
así aquella postura estigmatizada de la política arroja a lo inhumano a cualquier
tendencia, ya sea la liberal o la comunitaria.
En este campo de disputa, entonces, lo que se hace presente no es la
eliminación de las corrientes, ni tampoco remitirlas, junto a las pasiones de la
esfera privada, sino que se las moviliza en escena, de acuerdo a una serie de
dispositivos agonísticos sumamente creativos ante el conflicto. El modelo del
Agón griego es utilizado aquí como modelo y como espacio público de debate;
en la Atenas del siglo V a.c. los juicios se llevaban a cabo mediante el agón
(por ejemplo el uso de la clepsidra, que suponía un uso de la palabra por cada
una de las partes en conflicto por un determinado lapso de tiempo, el agón
timetos -juicio sobre el castigo al delincuente-, el debate sobre las penalidades
propuestas que iban desde la pena de muerte hasta la amnistía), por tanto, el
agón es siempre una posibilidad abierta de construcción, desde el espacio de
indeterminación de la democracia y por ello la política es inseparable, en este
caso, de la democracia.
La gestión del conflicto es tal vez la piedra de toque de esta tendencia, se
debe permitir que el conflicto se exprese, que los ciudadanos tengan la
oportunidad de escoger entre alternativas reales en la construcción de una
intersubjetividad dinámica.
Lo que está en juego en esta construcción y reinvención de la política no
es el rechazo del universalismo a favor del particularismo, sino la necesidad
de un nuevo tipo de articulación entre lo universal y lo particular, entre la
corriente liberal-institucional y la corriente de tinte comunitarista; debe
reconocerse la constitución de posiciones, en plural, inscritas en las relaciones
sociales que se encuentran en pugna por la construcción de hegemonía, pero
sólo puede existir hegemonía si se gestiona el conflicto con el antagónico, sin
cincuenta y nueve