cuaderno de actividades filosofia 2 - Sitio del grupo Web
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FILOSOFÍA II<br />
mecanismo será minuciosamente estudiado.” Ciertamente no es posible separar sus<br />
escritos <strong>de</strong> su vida. ¿En qué consiste el secreto? Algunos han pensado en alguna culpa<br />
juvenil <strong>de</strong> Sören; otros, en una obscura circunstancia en que su padre maldijo a Dios <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
lo alto <strong>de</strong> una colina; otros, en las relaciones poco claras entre su padre y la segunda mujer;<br />
en su diario, Kierkegaard habla <strong>de</strong> palabras obscuras <strong>de</strong> su padre que “hacen sospechar las<br />
cosas más horrendas”. ¿Qué relaciones hubo entre este enigma y el hecho <strong>de</strong>cisivo y<br />
misterioso <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Kierkegaard que fue el rompimiento con su novia Regina Olsen?<br />
Kierkegaard escribirá acerca <strong>de</strong> Regina Olsen: “¡Extraño! Sócrates habla siempre <strong>de</strong> lo<br />
que había aprendido <strong>de</strong> una mujer. También yo <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cir que todo lo mejor que tengo lo<br />
<strong>de</strong>bo a una muchacha: no lo he aprendido propiamente <strong>de</strong> ella, sino por ella.” Regina Olsen<br />
era hija <strong>de</strong> un alto funcionario; tenía 18 años cuando Kierkegaard ya tenía 27; la pidió para<br />
esposa en septiembre <strong>de</strong> 1840. ¿Por qué el día siguiente se arrepintió? ¿Por qué rompió el<br />
noviazgo, a pesar <strong>de</strong> que amaba a Regina? ¿Por qué este rompimiento vino a ser un hecho<br />
<strong>de</strong>cisivo en su vida? Kierkegaard respon<strong>de</strong> <strong>de</strong> la siguiente manera: “Después <strong>de</strong> mi muerte<br />
ninguno encontrará entre mis escritos (y éste es mi consuelo) una explicación <strong>de</strong> lo que<br />
propiamente ha llenado mi vida; no se encontrará en los rincones <strong>de</strong> mi alma aquel texto<br />
que explica todo. (...)<br />
“Angustia, miedo, náusea, <strong>de</strong>sesperación, etc., se han vuelto términos mágicos al hablar<br />
<strong>de</strong> existencialismo. Así suce<strong>de</strong> que aun en la cultura más elevada se oye hablar <strong>de</strong>l<br />
existencialismo como “filosofía <strong>de</strong> la angustia”, “filosofía <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación”, etc.,<br />
haciendo ambiguamente alusión al valor temático <strong>de</strong> estas situaciones afectivas y a un<br />
presunto reclamo a su consistencia normativa <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l existencialismo.<br />
Pero la estrecha conexión entre la problemática existencialista y estas situaciones<br />
afectivas no significa que el mundo sentimental tenga para el existencialismo una<br />
preeminencia temática, o una función <strong>de</strong> guía en el terreno <strong>de</strong> las valorizaciones y <strong>de</strong> los<br />
comportamientos morales.<br />
Por el contrario, esta conexión se caracteriza por la función reveladora que en la<br />
problemática existencialista se asigna a las situaciones afectivas. Angustia, miedo, náusea<br />
no son estados <strong>de</strong> ánimo que encierren la existencia en su <strong>de</strong>sesperada presencia, sino<br />
“sentimientos reveladores”. Por medio <strong>de</strong> ellos la existencia toma conciencia <strong>de</strong> algunos<br />
caracteres constitutivos <strong>de</strong>l propio ser. Esos estados comportan, pues, un aspecto<br />
fundamental <strong>de</strong> esclarecimiento, <strong>de</strong> catarsis, <strong>de</strong> contemplación liberadora, <strong>de</strong> conquista y<br />
<strong>de</strong> posesión <strong>de</strong>l propio ser auténtico. Así, en Hei<strong>de</strong>gger la angustia está unida a la alegría y<br />
a la exaltación <strong>de</strong> la vida, mientras en Kierkegaard expresa el vértigo <strong>de</strong> la existencia frente<br />
a sí misma como encuentro con Dios.” (Pietro Chiodi, El Pensamiento Existencialista, Uteha,<br />
1980, p. 86)<br />
“Angustia y aislamiento. Los hombres tienen más miedo <strong>de</strong> la verdad que <strong>de</strong> la muerte:<br />
éste es el jugo <strong>de</strong> todas aquellas habladurías e hipocrecías <strong>de</strong> los que dicen amar la verdad,<br />
<strong>de</strong> estar dispuestos a recibirla. . . con tal <strong>de</strong> que se llegase a compren<strong>de</strong>rla, etc. No, el<br />
hombre tiene más miedo <strong>de</strong> la verdad que <strong>de</strong> la muerte y esto es <strong>de</strong>l todo natural; porque la<br />
verdad repugna a la esencia <strong>de</strong> la naturaleza humana aún más que la muerte. No es <strong>de</strong><br />
maravillar que cause tanto miedo.<br />
Para poner atención a la verdad es necesario: apartarse (“Cristo los llevó aparte”, Mc., 7,<br />
33), aislarse <strong>de</strong> la masa. Y esto sólo es suficiente para causar al hombre más angustia y<br />
miedo que la misma muerte. El hombre es un animal social y por eso sólo es feliz en<br />
compañía <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. ¡Y que esto sea el absurdo más profundo, y que sea la infamia más<br />
gran<strong>de</strong> a él no le importa nada con tal que la multitud piense así, si la masa hace lo mismo,<br />
si él pue<strong>de</strong> estar en compañía <strong>de</strong> la multitud! El hombre es un animal que pue<strong>de</strong> volverse<br />
espíritu; pero, como naturaleza animal, tiene más miedo <strong>de</strong> eso que <strong>de</strong> la muerte. Es animal<br />
CUADERNO DE ACTIVIDADES DE CONSOLIDACIÓN Y RETROALIMENTACIÓN<br />
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