cuaderno de actividades filosofia 2 - Sitio del grupo Web
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FILOSOFÍA II<br />
La contienda se celebró en Valladolid en dos periodos <strong>de</strong> sesiones, que tuvieron lugar en<br />
los años <strong>de</strong> 1550 y 1551. Sostuvo Sepúlveda ante los catorce letrados que constituían la<br />
junta la doctrina <strong>de</strong>l Democrates alter; le opuso Las Casas el enorme arsenal <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y<br />
hechos que <strong>de</strong>sparramó por sus obras. Es lástima que en este punto concreto <strong>de</strong> la<br />
capacidad política <strong>de</strong> los indios, que es el único <strong>de</strong> <strong>de</strong> Las Casas, que tan expeditivamente<br />
se había sacudido en otra ocasión la tiranía intelectual <strong>de</strong> Aristóteles, no le arrastran a<br />
arremeter briosa y abiertamente contra la teoría aristotélica <strong>de</strong> la servidumbre natural, que<br />
era todo el nervio <strong>de</strong> la argumentación <strong>de</strong> Sepúlveda. Más <strong>de</strong> una vez la niega<br />
implícitamente, como cuando dice: “Todas las naciones <strong>de</strong>l mundo son hombres ... todos<br />
tienen entendimiento y voluntad, todos tienen cinco sentidos exteriores y sus cuatro<br />
interiores, y se mueven por los objetos <strong>de</strong>llos, todos se huelgan con el bien y sienten placer<br />
con lo sabroso y alegre, y todos <strong>de</strong>sechan y aborrecen el mal.”<br />
Admite, claro es, que no todos los pueblos tienen el mismo grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, pero no<br />
cree que haya ni uno solo que no esté capacitado para recibir la cultura, como no hay<br />
ninguno que no sea idóneo para recibir la fe cristiana. Por otra parte, advierte que la<br />
situación en que unos y otros estén actualmente dista mucho <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>finitiva; los que hoy<br />
están más atrasados pue<strong>de</strong>n ser mañana los más cultos, como los más civilizados en la<br />
actualidad en un pasado nada remoto estaban sumidos en la barbarie. Todas estas<br />
afirmaciones eran otras tantas brechas que Las Casas abría con su corazón más que con su<br />
cabeza en la granítica tesis aristotélica. Ya estaba en ellas insinuado que todo hombre, sea<br />
cual fuere su cultura, tiene en principio todos los <strong>de</strong>rechos inherentes a la persona humana.<br />
Que no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la religión que profese, que para Las Casas es tanto como <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> su<br />
cultura, ya lo había sostenido aunque todavía religado a la Edad Media piensa más en la<br />
colectividad que en el individuo, al afirmar que “todos los hombres, tanto infieles como<br />
cristianos, son seres racionales”. Llevar la misma verdad a todos los terrenos e incorporarla<br />
para siempre a la conciencia humana fue el mayor fruto <strong>de</strong> ésta y las <strong>de</strong>más contiendas que<br />
suscitaron los indígenas <strong>de</strong> América.<br />
Frente a Sepúlveda, Las Casas no se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a negar abiertamente la tesis <strong>de</strong> Aristóteles.<br />
Acepta que efectivamente hay hombres <strong>de</strong> tan escasa capacidad racional que han nacido<br />
para esclavos, pero piensa que numéricamente son muy pocos y a<strong>de</strong>más que han <strong>de</strong><br />
consi<strong>de</strong>rarse como aberraciones <strong>de</strong> la naturaleza tan insólitas como el hombre que nace<br />
con seis <strong>de</strong>dos en cada mano o con un solo ojo. Si esos casos se multiplicaran, pondrían en<br />
entredicho la omnipotencia o la sabiduría <strong>de</strong>l Creador por no dar a sus criaturas los órganos<br />
y faculta<strong>de</strong>s que correspon<strong>de</strong>n a su naturaleza. Los que ven por todas partes siervos por<br />
naturaleza no han comprendido lo que Aristóteles entien<strong>de</strong> por bárbaros, pues no todos los<br />
que pasan por tales son <strong>de</strong> la misma condición. Gran acierto era éste <strong>de</strong> pedir claridad y<br />
distinción y no <strong>de</strong>jar que se confundieran en la equívoca vaguedad <strong>de</strong> un mismo nombre<br />
pueblos tan distintos como los mayas, por ejemplo, y los chichimecas; mayor aún, apuntar<br />
que el concepto <strong>de</strong> bárbaro había que fijarlo <strong>de</strong> acuerdo con sus características internas y<br />
no en relación con el grado <strong>de</strong> cultura que hayan adquirido los otros pueblos.<br />
Pero la distinción que propone Las Casas es bien peregrina; califica, en efecto, a los<br />
llamados bárbaros en estas tres categorías: 1a. Los que tienen costumbres y opiniones<br />
extrañas, pero no les falta “policía” y pru<strong>de</strong>ncia para regirse; 2a. Los que tienen lenguas<br />
aptas para que se expliquen por caracteres y letras, como los antiguos ingleses, y ésto no<br />
son siervos por naturaleza, sino que tienen reinos verda<strong>de</strong>ros y naturales reyes y señores y<br />
gobernación; y 3a. Los que por sus perversas costumbres y ru<strong>de</strong>za <strong>de</strong> ingenio y brutal<br />
inclinación son como fieras silvestres que viven por los campos sin ciuda<strong>de</strong>s, ni casa, ni<br />
policía, ni leyes, ni ritos, ni tratos, a los que es lícito hacerles la guerra, como es lícito cazar<br />
a las fieras. No son así los indios <strong>de</strong> América, sino hombres libres; más aún, también lo son<br />
CUADERNO DE ACTIVIDADES DE CONSOLIDACIÓN Y RETROALIMENTACIÓN<br />
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