cuaderno de actividades filosofia 2 - Sitio del grupo Web
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FILOSOFÍA II<br />
el acaso y la fatalidad, cuyo sentido pagano rechaza, procurando concordarlos con la<br />
libertad <strong>de</strong>l hombre y con la omnipotencia <strong>de</strong> Dios. Da una serie <strong>de</strong> pruebas para <strong>de</strong>mostrar<br />
que la naturaleza tiene una finalidad, lo que es tanto como admitir su racionalidad y el<br />
imperio <strong>de</strong> la ley; termina preguntándose cómo difiere la física <strong>de</strong> la matemática,<br />
encontrando entre ellas la diferencia <strong>de</strong> que la física consi<strong>de</strong>ra la cantidad, la figura y el<br />
movimiento en or<strong>de</strong>n a la cosa natural y a la materia sensible, mientras que la matemática<br />
los consi<strong>de</strong>ra en abstracto. (...)<br />
Confiesa Veracruz que su propósito al comentar los libros <strong>de</strong> los Meteoros ha sido probar<br />
que, aun admitiendo la posibilidad <strong>de</strong>l milagro, pue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>be darse una explicación<br />
científica <strong>de</strong> muchos hechos que parecen extraordinarios. Empieza preguntándose si los<br />
cielos y los astros influyen en los cuerpos inferiores, y admite que influyen no sólo con su<br />
luz y con su movimiento, sino con su mera presencia; esta influencia no se limita a las<br />
cosas, sino que llega también al hombre, aunque es falsa la astrología judiciaria, porque el<br />
hombre es libre y pue<strong>de</strong> contrarrestar ese influjo.<br />
Más extensos y valiosos son sus comentarios a los tres libros aristotélicos De Anima.<br />
Empieza el primero explicando que el tratado <strong>de</strong>l alma en general y en cuanto que es forma<br />
<strong>de</strong>l cuerpo pertenece a la física, y el tratado <strong>de</strong>l alma en cuanto que es inmaterial e inmortal<br />
a la metafísica. Enseña <strong>de</strong>l alma que es el primer acto sustancial <strong>de</strong>l cuerpo físico, orgánico,<br />
con potencia <strong>de</strong> vida; tres son las almas, vegetativa, sensitiva e intelectiva, y cinco los<br />
géneros <strong>de</strong> las potencias <strong>de</strong>l alma, a saber, el vegetativo, el sensitivo, el apetitivo, el<br />
translativo y el intelectivo; las potencias distintas <strong>de</strong>l alma vegetativa son la nutritiva, la<br />
aumentativa y la generativa; los acci<strong>de</strong>ntes propios nos llevan a un conocimiento distinto <strong>de</strong><br />
la sustancia, y los acci<strong>de</strong>ntes comunes a un conocimiento confuso. (...)<br />
La voluntad es una potencia <strong>de</strong>l alma racional realmente distinta <strong>de</strong>l entendimiento, que<br />
mueve a éste y a las otras fuerzas <strong>de</strong>l alma; pue<strong>de</strong> estar necesitada a buscar un fin, pero<br />
quiere muchas cosas contingente y libremente. El alma es inmortal e incorruptible y dura<br />
perpetuamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte, lo cual ha <strong>de</strong> admitirse no porque lo pruebe la razón o<br />
lo enseñe Aristóteles, sino porque así lo impone la fe católica. Por propia experiencia y por<br />
el hecho <strong>de</strong> que haya prohibiciones y mandatos, ha <strong>de</strong> admitirse que hay en el hombre libre<br />
albedrío, que es la misma potencia apetitiva que la voluntad, aunque esté radicalmente en el<br />
entendimiento. Conoce éste las cosas materiales y corporales abstrayéndolas <strong>de</strong> los<br />
fantasmas; informado por la especie <strong>de</strong>l inteligible universal pue<strong>de</strong> conocer no sólo lo<br />
universal, sino también lo singular. El alma racional, cuando está separada <strong>de</strong>l cuerpo,<br />
entien<strong>de</strong> por las especies que el mismo Dios le infun<strong>de</strong> y por el hábito <strong>de</strong> ciencia que<br />
permanece en ella; pero naturalmente no pue<strong>de</strong> conocer las cosas que en la tierra suce<strong>de</strong>n<br />
entre los vivos.<br />
Una obra <strong>de</strong> un contenido tan diverso por fuerza ha <strong>de</strong> tener un valor muy <strong>de</strong>sigual; <strong>de</strong><br />
todos los tratados son los Físicos y los De anima, aunque la doctrina que en ambos expone<br />
es la tradicional: el hilemorfismo, la teoría <strong>de</strong> las cuatro causas, la <strong>de</strong> la racionalidad <strong>de</strong> la<br />
naturaleza, la <strong>de</strong> los cuatro elementos. Esquemáticamente su concepto <strong>de</strong> la naturaleza se<br />
basa, como en todos los escolásticos, en que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l mundo está Dios que lo ha creado<br />
valiéndose <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as ejemplares, con las que le infun<strong>de</strong> racionalidad y or<strong>de</strong>n. Al enseñar<br />
que <strong>de</strong> las cuatro causas la principal es la final, ya apunta que el mundo va a Dios como <strong>de</strong><br />
él ha venido. Así queda ya patente el panorama filosófico <strong>de</strong> fray Alonso <strong>de</strong> la Veracruz, en<br />
el que los puntos principales son estos cuatro: ¿Cómo se piensa bien? ¿Qué relación hay<br />
entre el pensar y el ser? ¿Qué es la naturaleza? ¿Qué es el alma? Una temática insuficiente<br />
e incompleta, pero lo bastante amplia para plantear importantes problemas filosóficos e<br />
iniciar a la juventud estudiosa mexicana en las cuestiones y métodos <strong>de</strong> la filosofía.<br />
EVALUACIÓN<br />
CUADERNO DE ACTIVIDADES DE CONSOLIDACIÓN Y RETROALIMENTACIÓN<br />
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