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154<br />
Y rehusó pasar por la custodia de Saasgaz, puesto que no quería nada externo. Ester había<br />
entendido perfectamente el principio del judío. Ella también había elegido estar embellecida en lo<br />
interno sin prestarle demasiada atención a lo externo.<br />
Sólo se llevó aquello que estaba recomendado por Hegai. Estamos hablando de cualidades<br />
internas ajustadas por la mano del Espíritu. Estamos hablando de ser judíos y no de estar haciendo<br />
cosas judaicas.<br />
Hay una diferencia entre ser judío y hacer cosas de judíos. Hay una diferencia entre ser<br />
creyente y hacer cosas que hacen los creyentes. <strong>La</strong> misma diferencia. El judío es uno interno. No<br />
es lo que se ve fuera de la copa lo que te calma la sed, sino lo que hay dentro de ella.<br />
Fíjate que, si todo lo que tienes es externo, de afuera, Babilonia te toca un ritmo y tú te pones<br />
inmediatamente a bailarlo o a acompañarlo con tus palmas. Pero si lo que tienes es de adentro, algo<br />
se levanta automáticamente sin que tú lo tengas que pensar y dice: No Me Doblego.<br />
Tú mismo ves el peligro, calculas el costo, titubeas quizás en tu mente, tal vez lo quieres<br />
hacer, pero el Espíritu te dice: No lo hagas. Entonces es cuando no te doblegas y, cuando te<br />
preguntan el motivo, tal vez puedas emular a Mardoqueo: soy judío.<br />
Estamos investigando qué es ser judío, porque Mardoqueo dijo: “yo no puedo entregarme al<br />
espíritu de Amán, simplemente porque soy judío”. Entonces tendremos que <strong>seguir</strong> buscando<br />
principios encerrados en relatos literales bíblicos.<br />
024 - Transformados desde su Interior<br />
(Filipenses 3: 3)= Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos<br />
a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.<br />
Aquí hay otra cualidad: el judío no confía en sus talentos naturales. Dice que no confía en la<br />
carne, esto es: en nada externo. Es gobernado desde adentro <strong>para</strong> afuera. Es lo mismo que dice<br />
Romanos 12: 1-3.<br />
Aquí dice que presentan su vida como sacrificio vivo, no siendo conformados, (Es decir:<br />
cambiados de afuera <strong>para</strong> adentro), sino transformados, (O sea: cambiando las circunstancias de<br />
adentro <strong>para</strong> afuera), <strong>para</strong> poder entender el propósito de Dios.<br />
Hay niveles del propósito de Dios, que la iglesia jamás entenderá si no evidencia una reforma<br />
mental. Transforma la manera de pensar <strong>para</strong> que puedas entender la perfecta voluntad de Dios. Es<br />
decir que, entender la voluntad de Dios, es la resultante de una reforma mental. Y está hablando con<br />
la iglesia, no con el mundo.<br />
El judío, entonces, aquí lo vemos claramente, sirve a Dios en espíritu y no confiando en la<br />
carne. <strong>La</strong> circuncisión, es lo que te da acceso a la familia judía. ¿Sabías tú que en aquel tiempo,<br />
cuando entrabas al templo, tenías que mostrar la marca?<br />
Entre otras cosas, era por ese motivo que las mujeres debían quedarse fuera de la sinagoga.<br />
Ellas no tenían manera de demostrar que eran judías. Los hombres mostraban la señal y con eso ya<br />
recibían el visto bueno <strong>para</strong> ingresar. ¿Cuántos dan gracias a Dios por la Gracia?<br />
Hoy, ya no hay religiosos escudriñando circuncisiones en la puerta de entrada. Ahora es el<br />
Espíritu Santo el que está allí. <strong>La</strong> gran mayoría no está ni enterada de eso, pero Dios sí. Porque con<br />
cada uno que entra al templo, el Espíritu lo mira a Dios y ya en el gesto Dios entiende qué es lo que<br />
ha ingresado.