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281<br />
Es el cuento de ellos, y en realidad están rindiendo culto al dios dinero. Podrían estar con la<br />
estatua de oro de Nabucodonosor, y con todas las bandas tocando, con estandartes y elenco de<br />
danzas y esas personas estarían allí felices.<br />
Sin embargo, el verdadero mensaje es otro, es el de no contaminarse, aún estando en una<br />
posición de poder como Daniel. Daniel tuvo que decidir si le iba a hacer caso al pueblo y al rey, o si<br />
le iba a hacer caso al compromiso que ya tenía con Dios.<br />
Aquí no tenemos la disyuntiva exactamente igual, pero sí de manera muy parecida. Tú<br />
tendrás que decidir si le haces caso a la mayor parte de la congregación y al propio pastor, o si<br />
respetas y cumples el compromiso que tienes con el Señor.<br />
A nosotros nos gusta sumar, a Dios le gusta multiplicar. <strong>La</strong>s cosas buenas <strong>para</strong> Dios se<br />
multiplican y también las cosas malas. <strong>La</strong>s personas que van rumbo a la destrucción van<br />
multiplicando su sentencia; y las personas que van hacia la bendición, también multiplican su estado.<br />
Ambas son como una progresión geométrica. El bien se vuelve mejor y el mal empeora.<br />
Cada cosa llega a dar su fruto al final: el trigo, una cosa; la cizaña, otra cosa. Al comienzo no se ve<br />
una gran diferencia, pero al final es muy marcada.<br />
No son cosas buenas las que inventamos nosotros; las buenas obras, dice la Palabra, que<br />
son las que el Señor ha pre<strong>para</strong>do de antemano, <strong>para</strong> que anduviéramos en ellas. Si no somos<br />
hallados con buenas obras, en el juicio final no vamos a entrar.<br />
Es muy curioso saber que las obras no nos pueden salvar; pero que si no las hacemos, no<br />
hay salvación. ¿Por qué? Porque las obras de Él, tienen que ser halladas en nosotros. Si somos<br />
hallados solamente con las obras nuestras, no nos va a ir bien.<br />
Pero aleja de tu mente ya mismo la imagen de un Dios severo y castigador que en algún caso<br />
te presentó alguna forma de religión. Dios no está interesado en una tortura sin fin, Él está<br />
interesado solamente en resolver los asuntos de su gobierno <strong>para</strong> eliminar la corrupción.<br />
Él quiere que lleguemos a un futuro donde no haya más corrupción, ni aquí en la Tierra, ni<br />
arriba en el Cielo; y la Escritura dice que, aun los Cielos, se han contaminado por los problemas que<br />
ha habido. ¿Imaginas a un Dios tres veces Santo permitiendo corrupción en su habitat sólo porque a<br />
cuatro hombres se les ha ocurrido reemplazarlo por sus doctrinas personales?<br />
Si Dios pudo hacer lo que hizo con tantos, El puede mantener limpia a cualquier persona, en<br />
cualquier circunstancia, entre cualquier grupo y en cualquier puesto. Pero ninguno de esos puestos<br />
son la herencia verdadera. Estamos solamente aquí como en un curso, recibiendo entrenamiento<br />
<strong>para</strong> poder manejar las verdaderas riquezas que vienen.<br />
059 - Caminando Hacia lo Nuevo<br />
El hombre sabe que hay un propósito en su estadía aquí en la tierra; pero esto, la mayoría de<br />
los seres humanos no lo tienen en cuenta, lo han olvidado. Aún en las situaciones de mayor<br />
depravación, es como si el Señor siguiera enviando buenos sueños a la raza humana, en respuesta<br />
a su inquietud de querer saber ¿Por qué estamos aquí?, y ¿Qué va a pasar en el futuro?<br />
El Señor Jesús dijo a sus discípulos, que el que lo había visto a Él, también había visto a su<br />
Padre. ¿Cómo es eso? No es posible, en nuestro estado de carne y sangre, ver al Padre; pero vino<br />
el Señor Jesús, y la Escritura dice que “Él fue el templo de Dios”.<br />
Siendo Dios, también fue la morada <strong>para</strong> que su Padre morara en Él a través del Espíritu. El<br />
Señor Jesús no vino a hacer su propia voluntad, sino a hacer solamente la voluntad de su