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Sin embargo, ellos no van a poder elevar su discernimiento a un nivel capaz de desafiar sus<br />
rígidos fundamentos; pero muchos otros que han estado esperando ellos se pre<strong>para</strong>rán. Son los<br />
que han estado buscando a Dios y no a las doctrinas. A Dios y no a una religión. Es decir que<br />
sólo aquellos que buscaban una fe que no entorpeciera la expresión de Dios <strong>para</strong> la humanidad,<br />
ellos sí verán.<br />
Si hablamos de un imaginario Jordán por donde trata de cruzar una iglesia con miles de<br />
problemas e inconvenientes, podemos decir que estos últimos sí van a cruzar, y van a manifestar la<br />
expresión de la obra terminada por el señor delante de los ojos de toda la humanidad.<br />
Esa iglesia deberá tener un objetivo claro y concreto que, a la manera de un enorme ejército,<br />
será trazado por sus generales: los apóstoles. Estarán secundados por su plana mayor, el cuerpo<br />
de estrategas que estudiarán cómo tomar esos objetivos: los profetas.<br />
Por cada sitio geográfico o espiritual que ese enorme ejército vaya pasando en su tránsito al<br />
imaginario Jordán, habrá un grupo encargado de reclutar nuevos soldados con la simple invitación a<br />
<strong>seguir</strong>los en la conquista y victoria final: los evangelistas.<br />
Y habrá luego dos secciones muy importantes que estarán encargadas de, una de ellas,<br />
atender y cuidar de los soldados heridos en batalla: los pastores con los que habrán de<br />
complementarse los encargados de la cocina, quienes tendrán a su cargo que la tropa llegue bien<br />
alimentada: los maestros.<br />
Cualquier semejanza con los cinco ministerios es pura coincidencia programada. Pero una<br />
coincidencia que hoy todavía la iglesia se empeña en defenestrar, soslayar y casi despreciar<br />
convencida que con sólo uno de esas áreas basta y sobra.<br />
Sin embargo, lo que nosotros podemos ver hoy con meridiana claridad, es que la historia nos<br />
dice que nunca ha existido un pueblo que haya sido oprimido por tiempo indefinido, que finalmente<br />
no se haya levantado <strong>para</strong> cruzar el Mar Rojo.<br />
Muy bien; de la misma manera, estas palabras habrán de soltarse de la mano de los<br />
anónimos de la iglesia, causando el desmoronamiento de todos aquellos que, debido a sus<br />
conceptos políticos, tienen la espada desenvainada <strong>para</strong> enterrarla en la tierra de las tradiciones,<br />
guiándonos así a vagar durante tanto tiempo.<br />
Que no le queden dudas a nadie: esta palabra subirá y producirá una distinción muy<br />
clara entre el trigo y la cizaña, como lo hizo hace ya muchos años. Entonces fue que produjo<br />
una libertad singular <strong>para</strong> la apropiación de un entendimiento fundamental que nos impulsara a una<br />
plena manifestación de nuestra parte en cada uno de nuestros ministerios.<br />
Pero por favor: será importante tener fe, paciencia y mucha sabiduría, además de<br />
discernimiento, porque esta palabra no se vendrá de una manera convencional, tal como lo<br />
hemos hecho en otros tiempos. Y sus corrientes no serán aquellas que estamos<br />
acostumbrados a ver.<br />
Esta palabra se revelará y se establecerá como un fundamento legítimo durante esta fresca<br />
conciencia, y aquellos que hoy se están moviendo con Él en esta próxima fase operarán en una<br />
esfera mucho más ancha y mucho más alta.<br />
Serán bendecidos <strong>para</strong> ver este renacer, pero ellos también probarán una nueva milicia, una<br />
nueva guerra relativa en estos tiempos. Esta lucha traerá la estructura de la iglesia presente a su fin,<br />
cumpliendo así Su propósito.<br />
¿Cuál será entonces el propósito prioritario? Dar por tierra con la estructura antigua, clásica y<br />
tradicional. ¿Cuál es nuestro error mayor? Esperar infructuosamente que el cambio y la reforma<br />
sean apenas movimientos rituales o cultistas en nuestros templos. Ni templos quedarán.