Pulsa aquà para descargarte y seguir leyendo ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para descargarte y seguir leyendo ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para descargarte y seguir leyendo ... - La Web Cristiana
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
94<br />
Entonces, todo está creado <strong>para</strong> que no te concentres. Porque si pones toda la energía de tu<br />
pensamiento sobre un principio espiritual, el conocimiento se convierte en sabiduría y lo implementa.<br />
Meditación.<br />
Significa darle vueltas en tu mente. Es como si tomáramos un mouse, un ratón, un cursor<br />
espiritual y con él y esa pequeña flechita, investigáramos todas las áreas privadas de tu mente,<br />
buscando a ver qué área de tu vida no ha sido sometida al principio que estás meditando.<br />
Muy bien; ha llegado el momento de recordarte que estamos meditando sobre principios de<br />
obediencia. Recuerda que meditar, es permitir que un principio escudriñe todas las áreas de tu<br />
vida, <strong>para</strong> colocar a tu vida bajo el dominio y gobierno del principio escuchado.<br />
Meditación es lo que transforma el conocimiento en hechos. Transporta ese conocimiento y lo<br />
lleva a convertirse en algo práctico. Por ese motivo es que la iglesia anda predicando hace dos mil<br />
años, y todavía no manifiesta nada.<br />
Por años hemos estado buscando el eslabón que nos permitiera encontrar qué fue lo que<br />
sucedió. Escucha: mínimo estamos oyendo cincuenta y dos mensajes anuales. Si vas dos veces a la<br />
semana, son ciento cuatro mensajes en el año. Y no manifestamos ni siquiera uno…<br />
Oye: un estudio como este que ahora estás <strong>leyendo</strong> y atrapa tu atención, si tú quisieras<br />
manifestarlo prácticamente, te lleva un año entero llevarlo a cabo. No necesitas de ninguno de los<br />
otros cincuenta y uno o ciento tres. Con este alcanza y sobra.<br />
Reitero: meditación es el poder que transporta lo entendido en acción. Es colocar la Palabra<br />
como prioridad en toda nuestra vida. Es permitir que ese cursor, que ese mouse, escudriñe toda<br />
nuestra mentalidad buscando toda altivez, todo pensamiento, todo aquello que se exalta en contra el<br />
conocimiento de la Palabra y lo sujeta a la obediencia a Jesús.<br />
“¡Señor! ¡Yo quiero ser obediente!” – Mucha gente ora así cada hora, minuto o segundo de<br />
cada día. ¡Si pudieran ver el rostro de Dios y su expresión! Él dice: “Bueno…¿Y a mí que me dices?”<br />
<strong>La</strong> obediencia o desobediencia, es un producto de tu voluntad. No es un don.<br />
Entiende: si la obediencia fuera un don, todos seríamos más que buenos. Pero no hay nada<br />
que hacerle: o sale de ti o no sale. Y la obediencia, fíjate que por algo será, es el fruto que anda<br />
buscando Dios en su iglesia, en su pueblo, en su gente, en sus hijos.<br />
Si vas a vivir en Babilonia, en primer término, olvídate de la presencia del rey. Sólo <strong>para</strong><br />
existir dentro de Babilonia, necesitas desesperadamente de este principio. Si no tienes en cuenta<br />
eso, cualquier cosa que te suceda en aras de extender el reino, primeramente llamarás a la<br />
televisión cristiana <strong>para</strong> que te filme y te tome el testimonio.<br />
Y como la televisión cristiana anda escasa de programas con contenido espiritualmente<br />
genuino, te lo tomará y tú te pasarás el resto de tu vida contando un testimonio y mientras tanto,<br />
dejarás de hacer lo que Dios te había enviado a hacer. ¿Quién gana esa batalla? Babilonia. Entiende<br />
y aprende.<br />
Hay un ministerio muy importante en mi ciudad que cuenta con un canal de televisión propio.<br />
¡Que bendición, hermano! Sí, es una bendición cuando permiten que ingrese auténtica palabra de<br />
Dios. En el resto del tiempo, créeme, recibes mucho más mirando Discovery Channel.<br />
Te impacta tanto el milagro que Dios hace <strong>para</strong> ponerte en un lugar que ni soñabas, que te<br />
pasas el resto de tu vida testificando sobre ese milagro mientras se te olvida el motivo, la causa por<br />
la cual Dios hizo ese milagro y te llevó allí.