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98<br />

Nota que lo que salva a este hombre, es la habilidad de hablar de acuerdo con el producto de<br />

la meditación. Habló con tanta exactitud que se acabó el problema. Es decir: no se confrontó con la<br />

persona, sino que se quedó callado mientras la persona andaba ladrando, y a eso lo meditó.<br />

Hasta que por el proceso de meditación se enardeció su espíritu. Eso, en el hebreo, significa<br />

que se alertó su espíritu. Se despertó, es decir: se sintonizó con Dios y, cuando escuchó de parte<br />

de Dios qué decir, recién entonces abrió la boca.<br />

Habla de la exactitud de tu decreto. A eso es a lo que le llamamos oración gubernamental,<br />

que no es otra cosa que orar el propósito de Dios y no pedir a ver si Él nos descubre el propósito. Y<br />

mucho menos ponernos a orar, como las grandes multitudes, por nuestro propio propósito.<br />

Entonces, lo que hacemos es meditar en lo que Dios está haciendo. Y cuando lo entendemos,<br />

entonces allí mismo es donde lo desatamos, <strong>para</strong> que se materialice. Encarnas en la tierra lo que<br />

tienes en el cielo por medio de decretos. Y gente obediente, desde luego.<br />

Aquí vemos la exactitud o la certidumbre que es producto de la meditación. Palabras que no<br />

son ociosas porque antes fueron meditadas. Quiero decir, antes de expresarlas. Estoy hablando,<br />

concretamente, de gente que piensa antes de abrir la boca. Muy necesario en los países de<br />

habla hispana.<br />

(Salmo 119: 97)= ¡Oh, cuanto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.<br />

(98) Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos. (Aquí vemos en<br />

primer término, que la meditación te hace más sabio que tus enemigos.) Porque siempre están<br />

conmigo.<br />

(99) Más que todos mis enseñadores he entendido, (Aquí vemos la aceleración de la<br />

sabiduría del laico por sobre su maestro. Y no digas que yo lo dije…) Porque tus testimonios son<br />

mi meditación.<br />

(100) Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos;<br />

Aquí estamos viendo que la tan ansiada sabiduría, no es un proceso que tenga que ver,<br />

necesariamente con la edad, sino con un proceso directo de disciplina en cuanto a como habremos<br />

de estudiar la Palabra a través de la meditación.<br />

Dios está levantando una generación de siervos muy jóvenes. Que a pesar de tener muy<br />

pocos años calendario, no por eso dejan de ser muy sabios. Es un mito aquello de que la sabiduría y<br />

la experiencia solamente vienen con los años. Ambas cosas son, oh sorpresa, producto de una<br />

correcta meditación de cada hecho o situación sucedida.<br />

014 - El Poder de la Adopción<br />

Luego, Ester entra al poder de Mardoqueo. Vamos a ir nuevamente al libro de Ester, no sin<br />

antes tener muy presente lo que hemos aprendido en estas últimas páginas: la meditación es<br />

altamente importante <strong>para</strong> tu vida de fe, no la desprecies, no la soslayes, cultívala.<br />

Eso es lo que significa Hegai en tu vida. Sin pasar por su custodia, jamás lograrías entrar en<br />

la presencia del Rey. Y tú no sólo es conveniente que aparezcas delante del rey, sino que es<br />

imperioso que estés allí. ¡Sin presencia no hay iglesia; sólo club social religioso…¡Y Babilonia!<br />

(Ester 2: 5)= Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo<br />

hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín; (6) el cual había sido<br />

transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a<br />

quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia.

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