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22<br />

Pero resulta ser que esa tergiversación de roles que por años se ha dado dentro de las<br />

congregaciones, como resultado de una sujeción lindante con la esclavitud, ha determinado que en<br />

muchos casos, un hombre se transformara poco menos que en el califa de un harem cristiano. Y<br />

<strong>para</strong> colmo de males, sin la menor vocación de eunuco.<br />

Porque la hermana puede ser muy eficiente y útil en su ministerio, pero se corre el riesgo de<br />

alterar el orden divino, que habla del hombre como cabeza espiritual del hogar. Son tantos los<br />

matrimonios en los que esto no se da, que casi ha ingresado en descrédito y no son pocos los que<br />

llegan a cuestionar a la misma Biblia por expresarlo.<br />

El caso es que, cuando la mujer es la que se calza el efod sacerdotal, (Y no hablo de maridos<br />

inconversos, sino de maridos cristianos débiles), toma el mando con autoridad, firmeza, unción y<br />

buenos frutos. Lo único en lo que queda en deuda, es en su necesidad interior de sentirse mujer.<br />

Porque <strong>para</strong> que ello suceda tal como Dios lo planificó, indefectiblemente deberá tener cerca<br />

suyo a ese hombre que, con su fortaleza, física y espiritual, la hará sentir segura, protegida, cubierta<br />

y respaldada como <strong>para</strong> ser poco menos que imbatible. Por eso es que la Biblia habla del matrimonio<br />

como un cordón de tres dobleces.<br />

Cuando eso no ocurre porque ese esposo es alguien timorato, incapaz de tomar decisiones<br />

sin consultar a su pastor, incluidas las domésticas y propias de la pareja, esa mujer está incompleta.<br />

Y pese a su fidelidad, su lealtad al Señor y sus mejores intenciones, interiormente añora ese<br />

protector que por naturaleza femenina necesita <strong>para</strong> sentirse plena.<br />

Y casi sin proponérselo, comienza a observar a su alrededor en búsqueda de modelos. Y<br />

generalmente, al primero (Cuando no el único) que encuentra, es al pastor. No creo que haga falta<br />

comentar las tremendas vicisitudes que deben pasar estos hijos de Dios <strong>para</strong> no caerse.<br />

Una vez más habrá que decir: ¡Diablo astuto! Porque él sabe muy bien que cualquier<br />

congregación local está basada y fundamentada en las familias que la componen. ¿Entonces?<br />

Entonces, si la quiere destruir, simplemente habrá que atacar de la manera que se pueda a esa<br />

familia.<br />

Y podrán salir novedades de cualquier calibre y color al respecto, pero hoy por hoy, todavía el<br />

mejor modo de destruir a una familia, es destruyendo primeramente el matrimonio principal que la<br />

conforma. Y el primer punto de ese socavamiento, es precisamente, el socavamiento a la autoridad.<br />

Todo lo demás, es consecuencia de esa pérdida de autoridad. Cuando un matrimonio se<br />

pierde el respeto mutuo, es porque un tiempo antes, se ha perdido el sentido de la autoridad. En uno<br />

de ellos o en ambos. Todo lo que pueda suceder después, apenas es una prosecución de<br />

consecuencias.<br />

Esto es lo mismo que esa caprichosa clasificación de pecados que en algunos sitios<br />

eclesiásticos se ha inventado <strong>para</strong> que se estudie y se prepare la defensa. No existe clasificación ni<br />

calificación de pecados. Hay un pecado que es la madre y el padre de todos los demás:<br />

incredulidad.<br />

Porque tú te largas a pecar alegremente y sin el menor temor porque, en el fondo de tu<br />

intimidad, crees que no va a suceder absolutamente nada. Y si crees eso después que has leído en<br />

la Biblia lo que has leído, es porque en verdad tú no crees que exista un Dios después de todo…<br />

Pero volvamos al tema central. ¿Qué es lo que sucede con los hombres en la iglesia? ¿Por<br />

qué son las mujeres las que mayoritariamente, están involucradas en las máximas responsabilidades<br />

administrativas de los ministerios?<br />

Particularmente, siento un enorme respeto por la capacidad organizativa de la mujer. Creo<br />

que llegado el momento de las grandes decisiones, las mujeres cuentan con un plus especial que les

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