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Fíjate que ahora con la canción no parece alcanzarte, ¿Verdad? Para el tiempo del rito, la<br />
canción quizás estaba bien, pero <strong>para</strong> el lugar al que vamos ahora, con la canción no es suficiente.<br />
Porque una canción, por bella y bien entonada que esté, sin esto, no vale nada.<br />
En nuestro día, el rito sería cantar la canción. Igual a aquel que marchaba con su becerro<br />
sobre los hombros. Para nosotros sería: tres cantos rápidos y dos lentos antes del mensaje,<br />
<strong>para</strong> pre<strong>para</strong>r el camino…<br />
Y si los llegas a eliminar, se te enojan feo un montón de líderes y posiciones que tienes allí ya<br />
establecidas. Se te enojan de tal manera que se te van y todo. El intercambio válido es por una vida<br />
que ofrece estas dimensiones: espíritu quebrantado, precisión profética, milicia constante y<br />
dimensiones de santidad.<br />
¿Qué expresa tu vida mientras atravesamos este tiempo? <strong>La</strong> suma de eso se pone en un<br />
incensario, y eso es lo que se echa a la tierra como un Standard. Pero todo esto, necesita sí o sí<br />
fuego divino <strong>para</strong> encenderse.<br />
El incienso solamente se enciende con fuego del altar. Es decir que es el perfumador quien<br />
trabaja esta cosa en tu vida. Y lo hace por medio de situaciones, circunstancias, pastores, líderes,<br />
amigos, esposos, esposas, lo que funcione.<br />
Te mudas <strong>para</strong> cambiar el ambiente, y allá va a <strong>para</strong>r el fuego divino y te lo enciende igual.<br />
Cuando él poda tus sobrantes y cambia tu curso <strong>para</strong> ver si te enojas; cuando quebranta tus sueños<br />
y coloca otros diferentes.<br />
El aroma es creado por quebrantamiento, precisión profética, milicia en contra de la hostilidad<br />
babilónica y dimensiones de santidad. Activado por el fuego divino. Y tiene que quemar. Y no te<br />
puedes caer en tiempos de transición. Es lo más alto que puedes ofrecer y no te puedes quedar sin<br />
aire.<br />
Esto se desata, y cuando esto se desata, ahora, no son todas las canciones las que pueden<br />
arropar nuestra adoración. Por eso es elemental y primordial elegir ciertas canciones que van a la par<br />
con lo que se está desatando.<br />
Ahora bien; todo esto que he explicado, se reposicionó. No está en el lado primero, donde<br />
está la actividad eclesiástica. Está al otro lado del velo. Es decir que todo esto tiene que ser añadido.<br />
El fundamento, la plataforma, el área de operación no es el lugar donde la iglesia tenía su activismo,<br />
sino en el lugar en donde Dios mora.<br />
Todo esto, ahora, tiene que ser con una actitud gubernamental. Está al otro lado del velo.<br />
Todos tus sacrificios tienen que tener una dimensión gubernamental, una postura espiritual<br />
gubernamental. Donde está el trono de Dios.<br />
En vez de una falsa humildad o un temor que no es de Dios. Hay oraciones gubernamentales<br />
y hay oraciones temerosas. Hay actitudes cristianas que aparentan ser de humildad, pero que<br />
en realidad no se atreven. Entonces, hay otra que es plena confianza en medio de la incertidumbre.<br />
Es donde hay precisión, donde hay exactitud, es un sitio en el que tú caminas sabiendo <strong>para</strong><br />
donde vas. En la iglesia se ha proclamado y promocionado tanto el ser humilde, que cuando<br />
alguien sabe <strong>para</strong> donde va, le llamamos pedante, soberbio y arrogante.<br />
Es como si le estuvieran diciendo a ese: “¡Eh! ¡No seas águila! ¡Quédate gallinita, como<br />
nosotros! No puedes saber <strong>para</strong> donde vas, porque si lo sabes, y encima lo predicas, eres un<br />
orgulloso. Pero resulta que la generación del siglo veintiuno, es precisamente eso: saber <strong>para</strong> donde<br />
vas y saber como terminar.